Introducción. AL FIN DE TODAS LAS COSAS DE ESTE MUNDO
Se inicia el estudio con este título, por ser la revelación que Dios le envió a su siervo Daniel, por medio del ángel Gabriel; la profecía abarcaría desde el momento que terminaban los setenta años del cautiverio de Israel en Babilonia, hasta después de la gran tribulación; es decir aproximadamente 2500 años desde el momento de salir la orden de la reconstrucción de Jerusalén.
La razón por la cual se aclara esto se debe, a que esta profecía ha traído mucha confusión en su interpretación, ya que las setenta semanas son períodos de años, que de tomarlos literalmente sólo sumarían 490 en total. Los cuales, de ser así, la profecía hubiera terminado 7 años después de la muerte del Mesías. Mientras desde la fecha de su muerte, han transcurrido ya casi 2000 años y todavía no se ha cumplido esa última semana profética; (De siete años) que dice: “Y por otra semana (la número 70) confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Refiriéndose esto a la manifestación del hombre de pecado, o anticristo que ha de venir a este mundo en breve; cosa que se explicará más adelante.
Seguramente algunos creyentes, han oído nombrar muchas veces que la gran tribulación tendrá una duración de siete años, en dos períodos de tres años y medio cada uno. Es posible que venga a la mente la pregunta: ¿en qué lugar de la Palabra de Dios enseña sobre ese tiempo de una semana, que corresponde a siete años? La respuesta a esta pregunta se dará a continuación de manera resumida; mencionando a quién le fue dada, y dónde se encuentra la profecía que determina ese período de siete años. De manera que, se disertará sobre este tema con la ayuda del Espíritu de Dios, que nos facilita entender su Palabra.
Es probable como creyentes en Jesucristo, que en varias oportunidades hemos oído hablar de la gran tribulación, o se nos enseñó acerca de ese tema en algún momento. Pero seguramente nunca nos hemos interesados en investigar en qué lugar de la Biblia se revela acerca de ese periodo, o como se llega a esa conclusión; que corresponden a siete años en dos períodos de 1260 días cada uno.
La profecía.
Se iniciará diciendo que esa profecía, le fue dada a Daniel por medio del ángel Gabriel, donde en cuatro versículos del 9.24 al 27, le revela aproximadamente 2500 años de historia para su pueblo. Iniciando desde el momento que saldría la orden de la restauración de Jerusalén, (que fue dada por el rey Ciro según Esdras 6:3) hasta el inicio del reinado milenial de Jesucristo que el Padre tiene determinado en su Palabra. Para que tanto Satanás, como el hombre dejen de acariciar el deseo de tener el dominio absoluto de este mundo, antes del inicio del reino eterno de nuestro Dios con cielos y tierra nueva.
La profecía dice: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, (es decir 49 años) y sesenta y dos semanas; (otros 434 años) se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; (esto lo ejecutó el general Tito en el año 70) y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”. “Y por otra semana (otros 7 años la número 70) confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.”
De acuerdo a lo que dice el ángel, la profecía es dada en tres períodos de tiempo de 49, 434, y 7 años cada uno, que en total suman 490. Los primeros 49 serían para reconstruir a Jerusalén el templo y los muros; luego pasarían otros 434 años hasta la muerte del Mesías, sumando así las 69 semanas. Quedando solamente en suspenso el cumplimiento de la última semana, de siete años, al permitir Dios el inicio del periodo de la gracia; para la salvación de los gentiles y completar así las 70 profetizadas.
La misma Palabra nos enseña, que la última semana se divide en dos períodos, por lo que el ángel explica al decir: “a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda, Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Es claro que ese período por ser de siete años, estará dividido en dos partes, de tres años y medio cada uno, o de 1260 días.
Seguro estoy, que Daniel entendería muy poco de lo que le dijo el ángel, ya que no todo era para su época, ni tenía las revelaciones dadas al apóstol Juan en la isla de Patmos, donde se aclaran los detalles de lo que le fue revelado a él. Somos nosotros y las futuras generaciones los que tenemos el privilegio de ver el cumplimiento de la profecía de esa última semana, del capítulo nueve de Daniel.
Bien, analizando lo que le revela el ángel, esas 70 semanas comenzarían a correr “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe”. Donde el primer período sería de 7 semanas y el segundo de 62. En Esdras 6:3 la Palabra nos da a conocer, cuando fue el inicio de esa profecía al decir: “En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la Casa de Dios que está en Jerusalén: Que la Casa sea reedificada en el lugar donde se ofrecen los holocaustos, y sus cimientos sean echados firmemente. Que su altura sea de sesenta codos y su anchura de sesenta codos.” Esto fue el 14 de marzo del año 445 a.C.
Esa orden fue el inicio de esa profecía, donde en ese primer período para la reconstrucción de Jerusalén, la plaza, y el muro se emplearon 49 años, con mucha oposición por parte de los samaritanos que trataron de obstaculizar la obra con Sambalat y Tobias. Luego vendría el otro período de 62 semanas, 434 años que culminan con la muerte del Mesías. Solamente queda pendiente para que se cumpla esa última semana.
Ahora bien si esas 7 semanas, correspondieron a los 49 años que se emplearon para la reconstrucción del templo y todo lo concerniente a Jerusalén; es lógico que cada día profético de ese tiempo, equivale a un año. De donde se puede afirmar, que los últimos siete días que faltan, corresponden también a siete años.
En el momento actual, nos encontramos a casi unos 2500 años, del tiempo que le fue dada a Daniel esa profecía, y han transcurrido casi dos mil años después de la muerte del Mesías, y todavía no se ha cumplido esa última semana. Esta demora se debe al paréntesis que Dios ha abierto entre la semana 69 y la 70, concediéndoles a los gentiles un tiempo de su gracia; para que crean en Jesucristo como el salvador de la humanidad.
En lo que concierne al plan de Dios para Israel, falta el evento del arrebatamiento de la iglesia, con el cual termina el período de la gracia, e inicia la gran tribulación que corresponde a la última de la 70 semana (los siete años de angustia). Para luego comenzar el reino de Dios como dice en Daniel 2:44, que en esos últimos días “Durante los gobiernos de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido o conquistado. Aplastará por completo a esos reinos y permanecerá para siempre.”
Resumiendo, se dirá que las setenta semanas que se mencionan en esa profecía, son períodos de tiempos; que corresponden a setenta semanas de años, sumando un total de 490 años. Ese es el tiempo que Dios determinó para el pueblo de Israel, antes que empezara el reinado del Mesías en el milenio. Claro que, de haber sido solamente 490 años, desde que se le dio a Daniel la profecía; alrededor del año 40 de nuestra era, ya tendrían que haber iniciado los arreglos para el inicio del milenio. Esto es lo que algunos piensan, y aunque han pasado casi dos milenios no rectifican.
De manera que, Dios dispuso los eventos de la siguiente manera: Cuando Jesús se presentó a su pueblo con la misión que le fue encomendada, los suyos no lo recibieron. Así dice en Juan 1.11-12: “A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron, pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Los líderes religiosos de su pueblo, lo entregaron a Pilato, pidiéndole su muerte crucificándolo. Para ese momento ya se estaba cumpliendo la semana 69 y habían transcurrido 483 años desde que se le dio la profecía a Daniel.
Debido a ese rechazo, y después de la muerte de Jesús faltando todavía esos siete años, es que Dios abrió la puerta de la salvación a los gentiles por medio de la fe en esa muerte y resurrección de su hijo Jesucristo. Este período de la gracia, que lleva casi dos milenios, ha servido para que otros pueblos pudiesen alcanzar la salvación de sus almas.
Como ya hemos visto y es bueno repetir, lo que dice en Romanos 11.25-26 para completar la idea: “Porque no quiero hermanos que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes acerca de vosotros mismos: que un endurecimiento parcial ha ocurrido a Israel, hasta que entre la plenitud de los gentiles. Y así todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, Que quitará de Jacob la impiedad”.
De manera que desde la orden de reconstruir a Jerusalén, hasta la muerte de Jesucristo el Mesías, transcurrirían 483 años, quedando para cumplimiento de la última semana, siete años que se dividen en dos partes como lo explica el verso 27 que dice: “Por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. Con esto queda claro que esa última semana se divide en dos partes; pero ésta todavía no se ha cumplido, ya que ha quedado en suspenso desde la muerte de Jesucristo.
El porqué de todo esto es, que después del rechazo por parte de Israel de aceptar a su Mesías, plugo a Dios concederles una oportunidad a los gentiles para creer por medio de la fe que les sería dada, en su hijo Jesús, abriendo así el actual período de la gracia. Quedando en suspenso y por cumplirse todavía la última semana de 7 años, donde los detalles no le son revelados a Daniel sino al apóstol Juan en Apocalipsis; acerca de ese período de la gran tribulación que está por cumplirse.
Los temas de este estudio, son justamente los eventos que abarcan desde el actual momento, hasta al tiempo en que inicien esos siete años con sus devastadores acontecimientos, el milenio y la eternidad.
De manera que al terminar este período de gracia o tiempo de los gentiles, Dios reinicia el conteo para dar cumplimiento a esa última semana, que quedó de esa profecía; ya que hasta la muerte de Jesucristo sólo se cumplieron las 69 semanas de las 70 anunciadas.
Más adelante en las revelaciones dadas al apóstol Juan, veremos, cómo Dios con el envío de los dos testigos le establece un tiempo de 1260 días para esa misión, reanudando así el contacto con su pueblo de Israel. El envío de esos profetas corresponde a los primeros tres años y medio, de ese período de siete años.
Con el envío de los dos testigos, Israel recibirá valiosas enseñanzas, sea de la situación en la cual se encuentra el mundo en ese momento, como en la proximidad de la venida del verdadero Mesías. Advirtiéndoles al mismo tiempo acerca del impostor, el anticristo, que estará presente en ese tiempo pretendiendo, hacerle creer tanto a ellos como al mundo entero que él es el Mesías. Todo lo dicho anteriormente se explicará con detalles más adelante.
Como se explicó, con el arrebatamiento de la iglesia Dios se relaciona nuevamente con su pueblo; para obrar como en el pasado, por medio de esos dos profetas. Y de esta manera comienza a contar el tiempo establecido, hasta que se complete esa última semana.
Lo que es necesario aclarar antes del arrebatamiento.
Se entiende que el arrebatamiento es un tema, del cual hay diversos escritos, opiniones y enseñanzas tradicionales, que han confundido y siguen manteniendo en ese estado de confusión doctrinal a muchos creyentes en la actualidad. De modo que se tratará de explicar este glorioso evento, de la manera más ajustada a lo que nos ofrece la Palabra de Dios.
En el momento de efectuarse ese glorioso evento, la humanidad quedará dividida en varios grupos, razón por la cual todos los detalles tienen que estar claros en nuestra mente, con el fin de conocer más de cerca el plan que Dios ha revelado en su Palabra. El conocer lo que la Palabra enseña contestará muchas de las preguntas que algunos normalmente hacen, tales como: ¿Todos resucitarán al mismo tiempo?, ¿Tendremos el mismo cuerpo y trato? ¿Todos los escogidos serán arrebatados? ¿Nos reconoceremos en el más allá? Etc.
Sin especificar por el momento, el lugar donde “reposan todas las almas”, que murieron y se encuentran en esa otra dimensión, de ese espacio infinito del universo; se dirá que en ese sitio hay tres grupos de los cuales dos son de Dios. Aunque ambos estén inscritos en el libro de la vida, una parte de ellos están en el “libro de la casa de Israel”, y la otra en el “libro de la vida del cordero”. Estos tienen tanto un sitio, como un diferente trato en el plan de Dios. También hay otro grupo, que no están inscritos en el libro de la vida, estos son los que no obedecieron ni honraron a Dios como el Creador de todo lo que existe.
Pero antes de seguir con el tema, se quiere explicar algo acerca de los libros nombrados, que menciona la Palabra de Dios, (aunque se puede pensar, que esos libros seguramente son simbólicos, ya que todo está en la mente del Creador). Con el fin de poder entender mejor el tema, se manejarán como libros o rollos.
El libro de la vida.
En este libro, están inscritos todos los que fueron escogidos desde antes de la fundación del mundo. Sin embargo, aunque este es un solo libro, donde están todos los que Dios escogió para sí; la misma Palabra nos da a entender que está dividido en secciones. En una como ya se mencionó, están los nombres de todos los que pertenecen a la casa de Israel; y en la otra están todos los de la fe en Jesucristo, que es el libro de la vida del cordero.
Hay quienes piensan, que para Dios todos somos iguales, y somos un solo pueblo, sin embargo, la Palabra revela todo lo contrario. Aunque todos los escogidos pertenezcan a la gran familia de Dios, ésta a su vez está separada en dos grupos; de los cuales uno pertenece a la familia celestial, y otro a la familia terrenal. Según se lee y lo confirma en Efesios 3.14-15 que dice: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”.
El respaldo bíblico para ese libro “mayor” lo tenemos en Apocalipsis 20:12 que dice :… “y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida”. Dando a entender que son varios o tienen secciones. Luego en Ezequiel 13:9 dice: “Mi mano está contra los profetas que tienen visiones vanas y adivinan mentira. No estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni entrarán a la Tierra de Israel, y sabréis que Yo soy Jehová el Señor.”
Y por último el libro de la vida del Cordero, que lo hallamos en Apocalipsis cuando el ángel le muestra a Juan la nueva Jerusalén, él oye una gran voz procedente del trono, que en él decía: 21:3, “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y Dios mismo estará con ellos. Y me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, descendiendo del cielo, de Dios”.
Luego más adelante en el 21:27 dice: “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”. Esto debería ser suficiente para entender que Dios tiene un plan específico para cada grupo, pero todos son parte de la familia de Dios.
Los varios grupos.
Algunos comentaristas de la Palabra de Dios, enseñan que en el cielo todos seremos iguales, ya que Dios no hace acepción de personas, que todos pertenecemos al cuerpo de Cristo etc. Posiblemente, los que piensan de esa manera se refieren a la salvación, que es algo común para todos, porque es un don de Dios. Mientras la Palabra nos enseña o nos da a entender, que Dios en su plan para las edades, maneja a varios grupos de manera separada.
Como también, los respectivos sitios para cada uno de ellos; para el momento actual, la Biblia nos muestra que por lo menos hay siete grupos, que pueden ser identificados fácilmente. Aunque al final después del milenio y del juicio del gran trono blanco, en línea general habrá solamente tres grupos con sus respetivos sitios; donde todos los seres creados por Dios pasarán la eternidad.
1) El primero de ellos, está conformado por esa dos tercera parte de ángeles que permanecieron fieles a su Creador, durante la rebelión angelical que hubo en el cielo en contra de Dios, liderada por Satanás.
2) Le siguen esa gran cantidad de creyentes, que depositaron su fe en Dios en edades pasadas, desde el primer Adán, hasta el segundo (Jesucristo), que abarca un período de unos cuatro mil años; de los cuales algunos de ellos son nombrados en Hebreos 11.
3) La iglesia, creyentes de naciones gentiles y de Israel, que por medio de la fe creyeron en Jesucristo, la cual está en proceso de formación; hasta que se complete el número de los gentiles durante el actual período de la gracia. Esta tiene una herencia en el cielo como lo menciona el apóstol en 1de Pedro 1:4 que dice: “herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”
4) El grupo de creyentes mencionados en Apocalipsis 6:11 que están debajo del altar, a los cuales se les dijo: “que descansaran aún un poco de tiempo hasta que se completara el número de sus consiervos, y hermanos que debían ser asesinados como ellos”. Completándose ese número establecido por Dios, con los que morirán durante la gran tribulación por negarse de ser sellados y adorar a la bestia. Todos ellos resucitarán en la primera resurrección, para que reinen con Jesús en su regreso; después de ese período de gran angustia.
5) Otro grupo es el de Israel, la nación bendecida por Dios, los fieles que pertenecen a la familia terrenal, juntamente con los que creerán durante el milenio que morarán en las tiendas de Sem, como lo profetizó Noé, tipificándolo como la descendencia de Jafet, los cuales serán los herederos de cielo y tierra nueva.
6) El grupo de impíos que nunca pudieron creer en el amor de Dios, ni en el sacrificio de Jesucristo para salvación de hombres y mujeres, que murieron en sus delitos y pecados.
7) Los ángeles que se unieron a Satanás en la rebelión en contra de Dios, que están en el cielo, y serán arrojados a la tierra, como los están en el abismo en espera del Juicio.
A continuación, un breve comentario de cada uno de ellos y su destino final a la luz de la Palabra.
DESCRIPCIÓN RESUMIDA DE LOS GRUPOS MENCIONADOS.
Los ángeles que permanecieron fieles a Dios.
1) A este grupo la Biblia los define como “hijos de Dios”, por haber ellos sido creado por un acto soberano de su voluntad. Éste conjunto está formado por ángeles, arcángeles, querubines, serafines y posiblemente otras categorías que no nos han sido reveladas. Probablemente sus nombres están inscritos en el libro de la vida. Su actual morada está en el cielo de Dios. Forman parte de ese universo celestial y tienen acceso al trono de Dios, donde le sirven y le adoran.
Asisten y hacen que se cumpla a cabalidad el plan del creador. Están presentes en todo evento, que sea necesario, sea celestial como terrenal. Ellos estarán en el juicio del Gran Trono Blanco, no para ser Juzgados, sino como testigos de su fidelidad. Por haber permanecidos fieles; ellos forman parte de la nueva Jerusalén, la esposa del cordero, cosa que se explicará en los capítulos finales de este estudio bajo el título: La esposa del cordero, la nueva Jerusalén.
Los creyentes de las diferentes edades.
2) Este otro grupo, que muy poco se menciona es el que está formado por todos aquellos que por fe acudieron a Dios depositando su confianza y creyendo en el sacrificio del Cordero de Dios; abarcando desde Adán hasta Jesucristo. Toda esa gran multitud de creyentes, de edades pasadas, que abarcan un período de unos cuatro mil años. Estos son todos los que creyeron en ese sacrificio, y por Su gracia recibieron el socorro Divino; algunos de ellos son mencionados en la epístola a los Hebreos capítulo 11.
Los creyentes que pertenecen a la familia celestial.
3) A este conjunto de hombres y mujeres, pertenecen las almas de todos los creyentes renacidos por medio de la fe en Jesucristo, ellos son los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Los que confiaron y confiamos en Aquel que dijo yo soy la resurrección y la vida, en Juan 11:25. De modo que, los que ya partieron, sean del grupo anterior como los que mueran actualmente, aunque en estos momentos estén en el paraíso desvestidos de sus cuerpos, ellos están siendo consolados por el Señor, juntos a la gran familia de Dios.
De manera que no se puede pensar que estén durmiendo, como algunos enseñan, al contrario ellos pueden ver y posiblemente estén al tanto de todo lo concerniente a nuestras actitudes. Esto lo podemos apreciar por la maravillosa enseñanza en Lucas 16 con el relato del rico y Lázaro; donde Lázaro junto con Abraham era consolado. Mientras el rico, aparte de estar atormentado en ese lugar. Donde se puede apreciar que todos sus sentidos estaban activos; aunque no poseía su cuerpo, que en ese momento estaba en el sepulcro.
En efecto él podía ver, hablar y oír, y por la conversación que sostuvo con Abraham, da a entender que tenía la facultad de reconocer, ya que le pide, al patriarca que envié a Lázaro para refrescarlo. Luego también le manifestó que tenía 5 hermanos y sabía cómo descuidaban y no guardaban la ley de Dios. De modo, que para evitar que ellos lo acompañaran en ese lugar de tormento, le pide que enviara a alguien para que los avisaran.
Los creyentes que están debajo del altar en el 6:11.
4) Normalmente este pasaje es leído por muchos sin darle tanta importancia, sin embargo, es un grupo muy estimado por Dios, por haber resistido el embate del enemigo, hasta el punto de dar sus vidas; por el testimonio que tenían y su fe en la Palabra de Dios. Estos pertenecen a un grupo, cuyo número solo Él lo conoce. De manera que estas almas están esperando el momento cuando se les reivindique su muerte prematura con un cuerpo de gloria. En Apo 6:10 se dirigen al Señor: “Clamando a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Soberano Señor, Santo y Verdadero, ¿no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra”?
La respuesta que se les da, tanto para consuelo de ellos, como para nuestra enseñanza en el verso 11 fue: “Y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que descansaran aún un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos, el de sus hermanos que debían ser asesinados también como ellos”.
Es indudable que ese grupo está compuesto tanto de israelitas como de prosélitos, ya que por lo que nos enseña la Palabra, Israel es siervo de Dios; y están inscritos en el libro de la casa de Israel. Todos ellos tenían que esperar que se completara un número determinado por Dios; tanto de consiervos (israelita como ellos), como de hermanos (prosélito y gentiles), que serían decapitados durante el período de la gran tribulación, como lo hicieron con ellos.
De estos también se nos relata en Hebreos 11:37-40 diciendo que esto: “fueron apedreados, tentados, aserrados, murieron pasados a cuchillo; anduvieron errantes vestidos con pieles de ovejas, con pieles de cabras, indigentes, afligidos, maltratados; ¡el mundo no era digno de ellos!, deambulando por desiertos y montes, en las cuevas y cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron la promesa; habiendo Dios provisto para nosotros alguna cosa mejor, para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros”.
La razón por la cual no fueron revestidos de un nuevo cuerpo, en el momento del arrebatamiento de la iglesia, es porque Dios tiene un plan específico para ellos. Siendo este el motivo por el cual, tenían que esperar un poco más de tiempo hasta que se completara ese número determinado. Ese número se completaría, con los que morirían en la segunda mitad de esos siete años de la gran tribulación. Ya que el anticristo en ese tiempo comenzará a matar a Israelitas y gentiles, opositores a sus pretensiones de adoración; que se nos relata en el 6.11; por negarse a ser sellados y adorar a la bestia. Estos se añadirían al número de los que fueron muertos anteriormente.
Es probable que este grupo debajo del altar, como tienen que esperar que termine la tribulación para ser revestidos, ellos sean los bienaventurados que son invitados a las bodas del Cordero que menciona en el 19:9 que dice: “Y me dijo: Escribe: Bienaventurados los que han sido invitados a la cena de la fiesta de las bodas del Cordero. Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de Dios”. Al completarse ese número que Él determinó, todos ellos resucitarán al final de la tribulación para reinar con Cristo en el milenio.
Así lo afirma la Palabra en el 20:4 diciendo: “Y vi tronos, y se sentaron en ellos, y les fue concedido juzgar. Vi también las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la Palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir para reinar con el Mesías mil años: Ésta es la primera resurrección”. BTX3
Los creyentes que pertenecen a la familia terrenal.
5) Este grupo presenta ciertas dificultades para poderlo definir adecuadamente, y poder afirmar con certeza cuál sea la totalidad y variedad de ellos. Razón por la cual se hará un resumen de las ramas que los componen. Sin embargo está claro que ellos pertenecen a la familia terrenal de Dios; como los herederos de las promesas de ese cielo nuevo y tierra nueva.
Al ser todos nosotros descendientes de la familia de Noé, podemos llegar a la conclusión que ese abundante grupo, pertenece a la dos naciones benditas, de esa profecía de Noé sobre Sem y Jafet. Que en Génesis 9:26-27dice:… “Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo.”
Tenemos que entender que esa palabra tienda, es sinónimo del lugar que Dios hará para Sem en el futuro; que no puede ser otra cosa que ese cielo y tierra nueva. De modo que siendo Jafet padre de los gentiles, se puede entender que muchos que no son de la descendencia de Sem vivirán “juntos en la misma tienda”. De manera que, sean los que se unieron a la fe de Israel, como los que creerán durante el milenio; heredarán ese lugar que Dios tiene preparado para su pueblo de Israel.
La Palabra en Génesis 13:15 nos dice que Dios le hizo una promesa a Abraham, que le daría la tierra para siempre diciendo: “Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.” Luego en el 17: le ratifica la promesa diciendo: “Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.”
Ahora bien, si esta tierra mar y cielo, según relata la Palabra en el 20.11 huirá de la presencia de Dios sin encontrar un lugar para ellos, es decir en un viaje sin fin diciendo: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.” ¿Cómo es que Dios le dice que sería “para siempre”, y en otro lugar “en heredad perpetua?” Basándonos en las anteriores promesas, no se puede pensar en otra cosa, que Dios se refería a esa nueva creación de cielo y tierra nueva.
Siendo esa nueva creación, lo que Noé en la profecía llama “la tiendas de Sem”, que es lo que se le prometió a Israel; donde también moraría Jafet como padre de los gentiles. Es decir, que en esa nueva creación moraría tanto Israel, como el pueblo bendecido a quien se le hizo la promesa; como también a una gran parte de las naciones gentiles.
Sabemos, según la profecía, que de Sem vino la nación de Israel, el cual sería en el futuro el heredero del cielo y tierra nueva según la promesa. Y como la descendencia de Jafet moraría en las tiendas de Sem. Podemos decir que muchos de los gentiles tipificados por la línea de Jafet, vivirán también en ese lugar”.
Los impíos muertos en sus delitos y pecados.
A este grupo pertenecen todos aquellos que no están inscritos en el libro de la vida, en Juan 3:19 lo resume mejor diciendo: “Y esta es la acusación: que la luz (Jesucristo) vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus obras eran malas”.
A este tipo de personas se les puede hablar hasta el cansancio de la cosas de Dios, y nunca llegarán a creer y amar a Dios. Pertenecen a esa profecía de Génesis 3.15 como la simiente de la serpiente, que estaría enemistada con la simiente bendita. Desde ese tiempo de Adán, hasta después del milenio, siempre han demostrado un espíritu de rebelión a las cosas de Dios.
Un ejemplo de lo que se acaba de decir, lo tenemos en lo siguiente: Al estar Satanás imposibilitado de actuar, por estar atado durante el milenio, la humanidad vivirá en un reino de paz y Justicia con Jesucristo; sin ser incitados por el diablo a delinquir. En ese período, tendrán paz, justicia, seguridad, con una naturaleza y fauna amigable; trabajando y disfrutando del fruto de su trabajo, donde nadie los defraudará ni se aprovecharán de ellos.
Sin embargo, al ser librado nuevamente Satanás, una parte de esos seres incorregibles se les unirán para la última rebelión permitida por Dios. Actualmente parte de ellos se encuentran en el Hades, y al final de los siglos se levantarán para comparecer delante del Juez de toda la tierra; en el Juicio del gran trono blanco para ser juzgados y castigados.
Los ángeles que están con Satanás y los que están en el abismo.
7) Estos ángeles son los que se unieron a Satanás para rebelarse en contra de Dios. Después de que el hombre pecó, tanto este grupo, como los hombres estábamos destituidos de su gloria; sin embargo, plugo a Dios rescatar al hombre.
De manera que hay una diferencia entre los ángeles que pecaron y los humanos; esta distinción consiste en que Dios tuvo misericordia de los hombres, al enviar a Jesús para socorrer a todo aquel que acude y deposita su fe en su hijo Jesucristo.
No así para los ángeles, que pudieron contemplar su gloria, y aun así rebelarse en contra de su creador. Para ellos Dios no ha provisto un socorro para ser reconciliados con Él. Como dice en Hebreos 2:16 "Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino a la descendencia de Abraham”. En esa descendencia, están incluidos todos aquellos que, por fe, creerían en el sacrificio que Jesucristo hizo por la humanidad para ser reconciliados.
Hay que distinguir los tres grupos de ángeles que hay, estos son: los que permanecieron fieles a Dios, los que se rebelaron y están todavía en los lugares celestiales, y aquellos que dejaron su morada, y no guardaron su dignidad. Estos últimos son los que se humanaron antes del diluvio, y al perecer los cuerpos de todos en ese juicio (excepto Noé y su familia) los espíritus de esos ángeles fueron confinados en el abismo. De éstos habla Judas en 1:6 que dice: “Y a los ángeles que no guardaron su estado original, sino que abandonaron su propia morada, los ha mantenido bajo oscuridad, en prisiones eternas hasta el juicio del gran día”.
Ese lugar de prisión, mencionándolo en varias oportunidades, la Palabra de Dios lo denomina como abismo o tártaro, dando a entender que es un lugar donde están confinados los espíritus de esos ángeles rebeldes; en espera del juicio del gran día.
A la pregunta, si un demonio puede posesionarse de un ser humano, por el relato bíblico del endemoniado gadareno, se nos enseña que los ángeles o demonios sí pueden hacerlo. Luego al perecer el cuerpo del poseído, o al salir de él, no pueden regresar a su anterior morada, sino que tienen que ir al abismo en espera del juicio.
Eso se deduce por el relato del endemoniado gadareno de Lucas 8:31, donde un grupo de demonios que estaban en el cuerpo del hombre; al mandar Jesús, que salieran de ese cuerpo, y sabiendo ellos que su nuevo destino era el abismo; se dirigen a Jesús pidiéndole que no los enviara a ese sitio: “Le rogaban que no les mandara ir al abismo. Y había allí una piara de muchos cerdos paciendo en el monte; y le rogaron que los dejara entrar en ellos; y los dejó”.
Tanto los que están en el abismo como los que van a ser arrojados del cielo, serán juzgados por los creyentes. Así lo enseña en 1 Corintios 6.3 al decir: ¿”O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida”?
Las 70 semanas una profecía en tres períodos.
Después de haber aclarado con la anteriores explicaciones, algunos argumentos importantes, para poder entrar en el estudio de las profecías concernientes al futuro; volvemos a disertar sobre esas setenta semanas, la manera como se han venido cumpliendo esas profecías y lo que falta todavía por cumplir. Anteriormente hemos visto, como las setenta semanas o los 490 años de la profecía dada a Daniel se dividirían en tres partes, una de 49 años, otra de 434, y la última de 7. Ahora vamos a ver con más detalles cada una de esas divisiones.
La primera cosa que se debe notar, acerca de la profecía del ángel Gabriel es, que esta vez no le revela a Daniel un número exacto de años, como Dios le había revelado al profeta Jeremías, de los 70 años que ya su pueblo había transcurrido cautivo en Babilonia. Esta vez en lugar de decirle que sobre su pueblo estaban determinados otros 490 años le da la profecía de una manera muy diferente al decirle: según la (NTV) “un período de setenta conjuntos de siete.” O “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo” según la R.V. 60.
Explicándole Luego con algunos detalles de los acontecimientos que tendrían lugar en ese tiempo, que veremos a continuación. El motivo de revelarle la profecía de esa manera, se debió a que entre la semana 69 y la 70, Dios abriría un paréntesis con el período de la gracia para la salvación de los gentiles que lleva casi 2.000 años; quedando todavía por cumplirse esa última semana.
Lo que acontecería en esos próximos 490 años.
En los versículos 9:24-26, el ángel le da un bosquejo general en cinco puntos, explicando lo que acontecería en esos 490 años de la profecía que dice: (1)“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, (2) para terminar la transgresión y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, (3) para traer la justicia perdurable, (4) y sellar la visión y la profecía, (5) y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas (en total 69) se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario.”
Todo lo que contienen esos tres versículos, incluyendo la unción del Santo de los santos, aunque están dentro de los 490 años, para poder entender adecuadamente la profecía, hay que tomar en cuenta que, durante los últimos siete años, hay algunos eventos de esa profecía que se efectuarán en el cielo, y otros de manera simultánea en la tierra. De no tomar en cuenta este detalle, se pueden crear confusiones en las interpretaciones, o no entender el significado de la explicación que el ángel le da acerca de la profecía.
Esta es la razón por la cual el ángel iniciando desde el verso 24 al 26, da una explicación de todos lo que acontecería en el futuro en dos partes. Donde en la primera parte abarca hasta la semana 69 con la muerte del Mesías. Después de la muerte del Mesías el ángel no le revela a Daniel, nada referente al período de la gracia que Dios mantuvo escondido en el pasado a los hombres. “misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres.” Efesios 3:5
Sin embargo es muy importante notar, que el ángel incluye antes de hablar de la última semana, un evento importantísimos para Israel, que ocurre dentro del período de la gracia. Un hecho que ocurre unos 35 años después de la muerte del Mesías; esto es la destrucción de la ciudad y el templo. Al decirle: “y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario.”
Este hecho ocurrió en el año 70 de nuestra era, por el general Tito en cuyo mando estaba el ejército del imperio romano. Este importante acontecimiento supera con creces (como cinco veces) los siete años estipulados para la última semana.
Luego como algo completamente aparte en el verso 27 con la frase:” Y por otra semana confirmará el pacto con muchos”, es donde enfatiza los acontecimientos que tendrán lugar en la última semana (los últimos 7 años), como algo aparte, donde se refiere al tiempo en el cual este mundo estará por concesión de Dios a merced de Satanás, la bestia y el falso profeta. Ya que por haber rechazado la verdad Dios les envía un espíritu de error para que crean en él, como dice en 2Tesalonicences 2:11 “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira.”
Resumiendo lo expuesto en estas profecía de 70 semanas, el ángel le dice, que estarían divididas en tres grupos, un primero de 7, luego otro de 62 y por último de 1 semana, que llevándolos a años son 49, 434, y 7 años respetivamente. A continuación, un esquema de todo el plan profético para el pueblo de Israel, con una sola variante que el ángel no le menciona, que entre la semana 69 y 70 habría un tiempo para traer otras ovejas que tenía que oír su voz allegarse a Él por fe; este es el tiempo de la gracia concedido a los pueblos gentiles.
15 Todo el plan profético de Dios para Israel.
[En Babilonia] [Regreso y reconstrucción] [Medos P. Grecia, Roma, muerte del Mesías]
(---70 años---) (----7 semanas 49 años ---) (-----Las 62 semanas, 434 años hasta la cruz--)
[Destr. del templo] [Tiempo de la gracia] [Arrebatamiento] [-Tribulación-] [Días acortados--]
(---Año 70 d C. ---) (---- ¿ 2000 ? años---) (-- Un pestañar--) (Total 7 Años) (220 días 10+210)
[Bat. Armagedón y remate] [-Sepultura-] [Juicio de Israel] [Juicio de naciones] [--Milenio--] (-----------10 días ------------) (--210 días--) (---- 30 días-----) (-------45 días -----) (1000 años)
A continuación, una explicación de cada uno de los renglones del anterior plan de Dios, tanto para para Israel como para el mundo.
El inicio del Dominio de potencias imperiales.
Al dar el ángel Gabriel la profecía a Daniel, ya habían transcurrido los 70 años del dominio imperial de Babilonia. Al mirar Daniel atentamente en los libros, el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que por setenta años se cumpliría una desolación para toda esa tierra y Jerusalén, como dice Jer 25:11: “Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años”.
Viendo Daniel que el tiempo ya se había cumplido, le pide en oración a Dios, confesando sus pecados como los del pueblo. Lo que el ángel le iba a decir no libraría a su pueblo del dominio de las potencias imperiales; solamente le confirmaría el plan que Dios tenía para las naciones, como para su pueblo. Cosa que ya le había mostrado, al darle la interpretación de la estatua del sueño que le había dado al rey Nabucodonosor; hasta que la piedra que golpearía los dedos de la estatua los libraría de manera definitiva, y pondría a su pueblo a reinar sobre todas las naciones de la tierra junto al Mesías.
De manera que el ángel le dice en Dan 9:25: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y reedificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas. Se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.” En esta explicación el ángel no menciona la última semana, como estableciendo una pausa entre los primeros dos períodos y el tercero; que como vimos lo complementa en el verso 27.
El regreso y reconstrucción de Jerusalén (las 7 semanas).
Este primer período de 49 años de la reconstrucción de Jerusalén, inició con el decreto del rey Ciro, en el año 445 A.C. donde en Esdras 6:3 dice: “En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la Casa de Dios que está en Jerusalén: Que la Casa sea reedificada en el lugar donde se ofrecen los holocaustos, y sus cimientos sean echados firmemente. Que su altura sea de sesenta codos y su anchura de sesenta codos.” Según señala el Astrónomo Real Sir Robert, dice que la fecha del tiempo cuando se decretó esa orden para la reconstrucción de la ciudad, fue el 14 de marzo del año 445 antes de Cristo. Y por un período de 49 años se efectuó esa labor, con una fuerte oposición, por parte de los Samaritanos liderados por Tobías y Samballat.
El segundo período o grupo de 62 semanas 434 años.
Al regresar a su tierra para la reconstrucción de Jerusalén aparentemente todo estaba bien, sin embargo, seguirían bajo el dominio de varios imperios. A Daniel ya se le había revelado por medio de la estatua del sueño de Nabucodonosor, que seguirían bajo el dominio de las potencias o imperios de pueblos gentiles.
En efecto, así como Daniel le dijo, a Nabucodonosor rey de Babilonia al interpretar el sueño de la estatua: “tú eres aquella cabeza de oro”, lo mismo podía haberle dicho a Darío, de Media y Persia, tú eres aquellos hombros de plata, a Alejandro de Grecia, tú eres los muslos de bronce, a César de Roma, tú eres las piernas de hierro, y al hombre de pecado que se levantará de ese mismo cuarto reino que ha de venir, junto con los 10 reyes, representados por los diez dedos de la estatua, decirles: ustedes son esos pies de hierro mezclados con barro cocido.
Uno de los hechos a resaltar durante ese período de 434 años es: que, al dividirse el reino de Grecia en cuatro gobernantes, alrededor del año 200 A.C. Uno de ellos, Antíoco Epífanes de Siria se ensañó en contra del pueblo de Israel, queriendo cambiar las leyes de Dios, como sus costumbres. Este rey fue un tipo muy claro del cuerno pequeño de la profecía; él fue que invadió Jerusalén y profanó el Templo de varias maneras; haciendo sacrificar cerdos en el templo para debilitar la fe del pueblo de Dios.
En ese tiempo muchos murieron después de ser torturados por guardar la Palabra de Dios y su testimonio. Al ver el rey que al obligarlos no renunciaban a su fe, y notar esa resistencia férrea, se enfureció mandando a matar a todos los que se le oponían. Este rey fue tomado como el prototipo del futuro anticristo, la bestia, o el blasfemo, que gobernará en el tiempo de la gran tribulación; todo esto se prolongó hasta su muerte en el año 163 A.C.
Luego durante ese mismo período de las 72 semanas, llega al poder en el año 27 a.C. el imperio romano, con su dominio como se le había revelado a Daniel de ese cuarto reino, representado por las piernas de hierro de la estatua. Fue bajo ese imperio, siendo Herodes el Grande, rey de Judea que nace el Emmanuel el anhelado Mesías, Pero nadie del pueblo que estaba en tiniebla se percató de su nacimiento.
Dios tuvo a bien revelárselo a unos astrónomos del oriente y no a los depositarios de las escrituras; que, al ser notificados por esos reyes de ese nacimiento, los escribas se percataron por las escrituras que él nacería en Belén de Judea, pero no le dieron importancia ni fueron a verle. Años más tarde entregan a su Mesías a Pilato para ser ejecutado. Aunque ya estaba determinado que Jesús tenía que morir ese año, en el mes de Nisán, el día 14, a las tres de la tarde. Lo lamentable de todo eso fue, que fueron los mismos líderes religiosos de su pueblo; los miembros del Sanedrín los que lo entregaron para ser crucificado.
El astrónomo Real Sir Robert, en sus investigaciones concluye diciendo que la fecha de esa muerte coincide con los 483 años de la profecía con la entrada de Jesús a Jerusalén, donde esa misma semana se le quitó la vida al Mesías. Quedando de esta manera pendiente por cumplirse, solamente la última semana de 7 años.
La destrucción del templo.
En esta misma porción de la profecía concluye diciendo: “y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario y su fin será con inundación, y hasta el fin de las guerras durarán las devastaciones”. Cumpliéndose esto con el general Tito en el año 70. Lo interesante de todo esto es: que al no reconocer Israel a su Mesías, ellos por varios años continuaron sacrificando el día 14 del mes de Nisán, según lo establecido en la ley, el cordero pascual; siendo Jesús el anti tipo cumplidor de ese acto redentor. Esa fue la razón por la cual, Dios para que no siguieran con esos inútiles sacrificios, ya que el perfecto había sido consumado, que les quitó el templo, siendo ese el lugar donde se tenía que efectuar el sacrificio. De allí empezó la diáspora hasta el año 1948, cuando se restablecieron como nación.
Tiempo de la gracia o de los gentiles.
Todo lo expuesto anteriormente, nos da a entender que por el endurecimiento de Israel, en no conocer el día o el tiempo en que se presentó su Mesías (Emmanuel); con su muerte y resurrección, Dios abrió un paréntesis en el tiempo, entre la semana 69 y 70 de la profecía; con el fin de darle la oportunidad a las demás naciones de conocer y aceptar a su Hijo.
Con la expresión “hasta que entre la plenitud de los gentiles”; da a entender que sería hasta que se completara el número de los que serían salvos por aceptar a Jesús como su salvador. Es lógico pensar que estamos todavía dentro de ese período concedido por Dios, a los que no éramos Su pueblo, denominados en la Palabra como “gentiles”.
La diferencia entre nosotros e Israel es: que nosotros vamos por fe al creer que Jesús es Dios, mientras ellos necesitarán ver al que traspasaron para poder creer en Él. Dios cumplió su parte al enviarle al Mesías prometido y ellos lo rechazaron entregándolo para que lo mataran. Así lo relata la Palabra en Zacarías 12:10 “Entonces derramaré un espíritu de gracia y oración sobre la familia de David y sobre los habitantes de Jerusalén. Me mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán duelo por él como por un hijo único. Se lamentarán amargamente como quien llora la muerte de un primer hijo varón.” Esto se parece mucho a lo que Jesús le dijo a Tomás, cuando le mostró las heridas, fue sólo entonces que lo reconoció como Dios; al decirle en Juan 20:28: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dice: ¿Porque me has visto, has creído? Bienaventurados los que no vieron y creyeron.”
De manera que teniendo como referencia la muerte del Mesías, podemos decir que actualmente y proféticamente, nos encontramos dentro del período de la gracia, que Dios les ha concedido a los gentiles para salvación. Solamente hay que esperar que se complete el número de los que han de creer para ser salvos; luego tendrá lugar el arrebatamiento; e inicie la última de las 70 semanas profetizadas en Daniel 9. Como se explicó anteriormente.
RESUMEN DE LA IGLESIA (UN PARÉNTESIS.)
El período de la gracia concedido por Dios a los gentiles, de donde también nace la iglesia, es revelado por primera vez, de una manera sutilmente velada, para no darla a conocer todavía a los hombres. Esto acontece en la profecía de Noé, donde Cam siendo uno de sus hijos, de manera extraña Dios no le da, palabra alguna para la futura generación de su hijo. Siendo esto un tipo de una familia, que todavía no era el tiempo para ser revelada; y Noé guiado por Dios introduce en su lugar al nieto Canaán.
Luego de la misma manera, como por su fe había creído en Dios, en Gen 15:5 le revela otra descendencia que sería como las estrellas del cielo; refiriéndose a una futura familia de la fe que es la iglesia. Posiblemente se pudiera entender que estaba hablando de la simiente natural de Abraham, que ya le había prometido, que su descendencia sería en multitud como la arena del mar; pero no, esta sería otra familia basada en esa misma fe que él depositó en Dios.
En el plan concebido para la humanidad, Dios se ha reservado algunas cosas para revelarlas en su debido tiempo. Una de estas, es lo que el apóstol Pablo llama el misterio de los gentiles, que le fue revelado a él, y manifestado a nosotros en Efesios 3:5-6: Diciendo “misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y coparticipe de las promesas en Cristo Jesús por medio del evangelio.”
Esta revelación abre un período de gracia, que Dios en su amor concedió para las demás naciones que estaban sin esperanza de salvación; para que todos aquellos que creerían en su hijo Jesucristo, maravillosamente llegarían a ser una sola cosa con Él. De esta manera separaría una descendencia natural, tipificada como la arena del mar que le prometió a Abraham (siendo esta la terrenal); de otra espiritual que le mostraría después, que sería como las estrellas del cielo (la celestial); aunque ambas pertenezcan a la gran familia de Dios.
De este nuevo grupo sinónimo de lo celestial, Jesús manifiesta su propósito como algo que le pertenece, en Mateo 16:18 diciendo: “y sobre esta roca edificaré mi iglesia.” Esto no quiere decir que para Dios la iglesia, sea de más valor, ni de menos, sino que le plugo hacer las cosas de esa manera. Para esto es propicio mencionar, lo que aconseja el apóstol Pablo, en Romanos 11:25 para evitar una posible jactancia, de parte del pueblo gentil, para no tener en poco a un pueblo que Dios ha amado con amor eterno. Del cual Dios se ha apartado por un tiempo por no haber reconocido al Mesías cuando le fue enviado.
De manera que aconseja diciendo: “Mis amados hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan orgullosos de ustedes mismos. Parte del pueblo de Israel tiene el corazón endurecido, pero eso sólo durará hasta que se complete el número de gentiles que aceptarán a Cristo. Y entonces todo Israel será salvo. Como dicen las Escrituras: «El que rescata vendrá de Jerusalén y apartará a Israel de la maldad.” Luego en el 11:27 agrega: “Y mi pacto con ellos es que quitaré sus pecados.”
De modo que la Iglesia es un paréntesis en el plan de Dios, que comienza con esa afirmación de Jesús, al decir ”edificaré mi iglesia,” y termina cuando el número esté completo, ni uno más ni uno menos, donde el apóstol Pablo lo enseña diciendo: “hasta que entre la plenitud de los gentiles.” Es decir, hasta que todos los llamados, de la fe en Jesucristo estén completos.
Cuando se haya completado ese número, es que Jesús verá el fruto de su trabajo, como dice en Isaías 53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; es en ese tiempo que vendrá PERSONALMENTE; con los que se fueron durante esos 2000 años, y los que estemos en vida hasta que se complete el número y nos arrebatará.
Fin del paréntesis.
El arrebatamiento de la iglesia.
Al iniciar este tema, necesariamente tenemos que volver a mencionar la iglesia que es la que va ser arrebatada, por Aquel que dijo que la edificaría. Con el fin de no salirnos completamente del tema profético de las 70 semanas; solo se hará un resumen de su historia. Diciendo que: aunque Dios tenía la iglesia en su mente, la mantuvo escondida, hasta que es mencionada por Jesús; luego el Espíritu Santo le revelaría los detalles al apóstol Pablo.
Es oportuno mencionar la existencia de profecías que se pueden aplicar para diferentes eventos. Por ejemplo, cuando el Señor estaba hablando de ese momento, de tomar a su iglesia, dice que Él mismo vendría para llevarla al cielo. En Juan 14:3 lo afirma diciendo: “Y cuando me vaya y os prepare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis.” Aquí el Señor claramente explica que la iglesia sería tomada de este mundo por Él personalmente. Luego en Lucas 17:34 Él agrega que en ese acto unos se irían y otros no, al decir: “el uno será tomado y el otro será dejado”.
Algunos interpretan que ese evento, se refiere a la cizaña que es arrancada y quemada como lo explica Mateo 13:40-42 que dice: “Por tanto, así como la cizaña es recogida y consumida con el fuego, así será en la consumación del siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezos y a los que hacen iniquidad, y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el crujido de los dientes”.
Los que lo interpretan de esa manera no toman en cuenta dos detalles muy importantes que son: primero que en ese pasaje se nos enseña claramente que ese evento de la cizaña será al final de siglo; pero en el acto de recoger a la cizaña, está muy claro que Jesús enviará a sus ángeles para ese evento. Mientras en el arrebatamiento es el mismo Señor que vendrá para llevarse a los suyos, cosa que ocurrirá en un abrir y cerrar de ojos, siendo esa la manera como se efectuará, ese glorioso acontecimiento con la rapidez del rayo.
Es lógico que nadie podrá presenciar o darse cuenta de esa transformación, en esa fracción de segundo; solamente lo podrán contemplar los redimidos, los creyentes en Jesucristo. Mientras que en su segunda venida a esta tierra, todo ojo lo podrá ver cuando Él venga en las nubes. Con este evento del arrebatamiento termina el lapso concedido por Dios a los gentiles e inicia la gran tribulación; que es la última de las setenta semanas.
el orden en el cual se efectuarán las tres resurrecciones.
El apóstol Pablo en su primera epístola a los corintios, nos revela que habrá tres resurrecciones con una disposición establecida por Dios en su Palabra. Ellas se efectuarán en el orden, que se nos da a conocer en 1Corintios 15:23 que dice: “Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino a Dios y Padre”. Por supuesto, estas están previstas que se efectuarán en diferentes tiempos y ocasiones.
El primero de ese orden es: Cristo la primicias.
Esto es algo, que para algunos creyentes se les hace difícil de poderlo comprender plenamente; porque aunque habla de la resurrección de Jesús, Dios incluye en ella a todos los que Por fe aceptan a Jesucristo como su único Salvador. Esto es por la facultad que Él tiene de ver las cosas que no son como si fuesen; por esa razón es que Él puede ver al creyente como una sola cosa con Cristo. Lo expuesto anteriormente es lo que enseña la Palabra en Efesios 2:6 que dice: “y juntamente con Él (con Cristo) nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”
Esta resurrección en nosotros los creyentes se efectúa en el mismo momento en que reconocemos al Hijo de Dios como nuestro Salvador y Dios. Ya que en ese momento llegamos a formar parte de su cuerpo, al ser bautizados con el Espíritu Santo: el cual viene a morar en nosotros.
Aunque está claro en nuestra mente, que tanto las almas de los creyentes que murieron, como las que están viviendo aun, no han sido revestidas todavía físicamente de ese cuerpo de gloria; pero lo serán en el momento del arrebatamiento. Lo importante es, que para Dios ya hemos resucitado; debido a esa facultad que él tiene de ver el futuro, como si fuera el presente. De manera que, así como creemos por fe que somos salvos al aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador; así tenemos que aceptar y creer que hemos resucitado juntamente con Cristo, porque así lo dice su Palabra. Y por lo que dice en Efesios 2:6 Dios nos ve ya resucitados y sentados en ese lugar que Jesús dijo que fue a preparar para nosotros.
En el momento de venir el Señor por la iglesia, traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él, ya resucitados con cuerpos de gloria. Luego los creyentes que estén en vida para ese momento, serán revestido en un abrir y cerrar de ojos, en una fracción de segundo con la misma rapidez que aparece y desaparece un rayo en el cielo. Ese será el cumplimiento físico, de esa resurrección que para Dios ya fue real, desde el momento que el Espíritu Santo vino a morar en nosotros.
El segundo orden, los que son de Cristo en su venida.
Este se efectuará siete años después al terminar la gran tribulación, cuando aparezca Jesús con sus santos millares donde todo ojo podrá verle. En esa resurrección se levantarán todos los que la Palabra menciona en Apo 6:11 junto con los que fueron decapitados durante la tribulación por el anticristo y el falso profeta. Todos ellos resucitaran para reinar con Cristo en el milenio
El tercer orden, denominado “luego el fin”. Este es el último de los tres, y se efectuará después del milenio. En Daniel 12:2 lo relata diciendo: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.” Esta será la resurrección final. A continuación se comentará, la del primer orden, con más detalles, las otras dos se explicarán más adelante, en el momento que se efectuará cada una de ellas.
El primer orden de la resurrección: Cristo las primicias.
En el acontecimiento del arrebatamiento de La iglesia, todos los que depositaron su fe en Jesús como el Salvador de sus almas, llegan a formar parte del cuerpo de Cristo, y ser una sola cosa con el Padre y con el Hijo.
Está claro que aun habiendo resucitados juntamente con Cristo, como vimos en Efesios 2:6. Solamente cuando Cristo venga por su iglesia, trayendo como dice su Palabra a todos los que murieron, que resucitarán primero; es cuando los que estén en vida en ese momento serán desvestidos de ese cuerpo de pecado, y revestidos en una fracción de segundo con un cuerpo de gloria como el de Jesucristo. En ese momento se materializará, esa resurrección que por fe tuvieron desde el día que creyeron y confesaron a Jesucristo como su Salvador.
Se concluye diciendo que: todos los creyentes que pertenecen a ese primer orden de la resurrección establecido en su santa Palabra, corresponden al grupo de “Cristo las primicias”. De manera que, al ser la iglesia arrebatada, todos estarán seguros al abrigo de Aquel que los compró a precio de sangre; los cuales serán liberados de esos acontecimientos de dolor y angustia de la tribulación.
El inicio de la gran tribulación.
Regresando a lo que el ángel le dijo a Daniel, en el 9:27, le instruye acerca de la tercera parte de la profecía, de esa última semana diciendo: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” Este versículo se refiere claramente a los siete años de la gran tribulación, de dos períodos de tres años y medio cada uno, o de 1260 días, para ambos períodos como se explicará a continuación.
Ya hemos visto que, en esa semana es el anticristo o la bestia el que confirmará el pacto con muchos, y no el Señor como algunos piensan. Luego a la mitad de la semana, a los 3 años y 1/2 o 1260 días, se romperán los pactos acordados. Posiblemente Israel por las enseñanzas de los dos testigos enviados por Dios y los acontecimientos, contrarios a sus creencias se dará cuenta del engaño y lo rechazará. Es en ese tiempo, que un ser diabólico subirá del abismo, que la Palabra lo denomina como “el desolador”; el cual tomará el lugar del anticristo, hasta que lo que está determinado para él se cumpla. (Esto es, que será enviado al lago de fuego, cosa que analizaremos con detalles más adelante en la segunda parte de la tribulación).
Los dos eventos simultáneos para la humanidad.
En ese tiempo, después que la iglesia, sea arrebatada, seguramente ya Satanás el dragón y sus ángeles habrán sido arrojados de ese lugar del cielo que ocupan actualmente, quedando así desocupado; para los nuevos huéspedes, para los cuales estaba reservado. En Apo 12.7 dice: “después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo”.
Es evidente, que en ese tiempo se incrementará la agonía de este planeta; Como también es lógico pensar, que en ese período la humanidad estará dividida en tres grandes grupos. De los cuales uno estará en esta tierra a merced del anticristo; y los otros dos estarán en esa otra dimensión de los espíritus vivientes, de los cuales uno estará con el Señor, y el otro en el Hades en espera del juicio final.
Hay que tener claro en nuestra mente, cuál será la situación reinante en el mundo después del arrebatamiento, para ambos grupos; tanto en condiciones como en el trato; sea para los que se fueron con el Señor al cielo, como para los que estén en la tierra. Exceptuando por supuesto los que están en el Hades, que ya tienen conocimiento de lo que les espera, y sin posibilidad alguna de redención.
De modo que, mientras en la tierra acontecerán cosas muy engañosas y desagradables, debido a que muchos serán engañados por el anticristo o la bestia, como lo define la Palabra; otros al negarse de aceptar las exigencias del nuevo líder mundial, tendrán que morir asesinados. Sin que nadie pueda intervenir, debido al poder y autoridad que Satanás le otorgará. Mientras en el cielo habrá otro tipo de actividades para todos los que creyeron en Dios, en las diferentes edades y se fueron con el Señor en el arrebatamiento.
Debido a que estos eventos se realizarán de manera simultánea, tanto en la tierra como en el cielo, se comenzará explicando los eventos que tendrán lugar en el cielo, según los relatos de las escrituras. Luego, se explicarán las cosas que acontecerán en ese mismo período, en este mundo, donde toda la humanidad estará a merced del anticristo, el cual será guiado por Satanás, como por sus ángeles que para ese tiempo estarán en la tierra.
Eventos que tendrán lugar en el cielo después del traslado.
Después del arrebatamiento de la iglesia, se presentará una situación muy compleja, ya que habrá diferentes eventos de manera simultánea tanto para los que se fueron con el Señor; como para los que quedaron en este mundo. Con el fin de explicar separadamente estos acontecimientos, tanto los del cielo, como los de este mundo, donde estará reinando Satanás con la bestia (el anticristo) y el falso profeta por permisión de Dios; se explicarán estos eventos separadamente. Dando prioridad a los eventos que tendrán lugar en el cielo y luego los terribles acontecimientos, que sufrirán los habitantes de este mundo en el período de la gran tribulación; donde estará gobernando Satanás y sus ángeles que fueron expulsados del cielo.
Hay otro grupo, del cual por el momento no se explicará nada, ya que ellos están en el Hades, en espera del llamado para salir de ese lugar únicamente para presentarse en el Juicio del gran trono blanco, después del milenio para ser juzgados.
Referente a los que estarán con el Señor en el cielo, estos son todos los que en las diferentes edades confiaron en Dios como el único camino para tener vida eterna. Estos fueron amados de tal manera, que el Padre envió a Jesús para poderlos salvar, pagando con su vida el precio del rescate de la muerte eterna. Para ellos tiene preparado cosas grandes y maravillosas. Como lo afirma en 1 Cor 2:9: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”
Los que quedaron en este mundo, todavía tiene oportunidad de salvación y de reinar con Cristo, pero tendrán que enfrentarse a las arbitrariedades del hombre de pecado que es el anticristo; como también a las desagradables plagas, hambre, muerte, y enfermedades, en ese período de gran tribulación; donde muchos morirán por el testimonio de Jesús, y de no sujetarse a las exigencias de la bestia.
Después de mencionar y aclarar esas situaciones, tanto para los que quedaron en este mundo, como los que estarán en esa otra vida, se comenzará dando una explicación, de los eventos que tendrán lugar en el cielo, y luego los de la tierra durante ese mismo período.
Jesucristo asume el reino por la eternidad. Entendemos que Jesús es Dios, el arquitecto de todo lo creado, la corona del universo, y el salvador de la humanidad. Sin embargo, en Apocalípsis 19 se nos proporcionan algunos detalles acerca de la coronación de Jesús como Rey de reyes. Se pudiera entender que al pronunciar en el cielo la frase: “¡Aleluya! ¡Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso asumió el reino”!
Se debe a dos motivos: Uno de ellos podría ser que mientras Satanás con sus ángeles permanecían en el cielo no había una libertad absoluta por el antagonismo reinante. Luego al producirse ese conflicto que se nos revela en Apo 12:7, donde Miguel y sus ángeles; lucharon en contra del dragón y sus ángeles. Al perder Satanás esa batalla, todos ellos fueron expulsados del cielo; desocupando así ese lugar que estaba reservado para los de la fe. Como dice en 1Pedro 1:4 “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.”
El otro motivo podría ser, que en ese momento en el cielo estará presente una gran multitud, “como las estrellas del cielo” que representan, “el fruto logrado por Jesús, con gran angustia y sufrimiento, al cargar el pecado de todos nosotros con su muerte en la cruz.” Un pueblo redimido y jubiloso, que está ansioso de presenciar ese acto, donde Jesús es coronado para asumir el control absoluto del cielo, al ser expulsados de allí el diablo y sus ángeles. En el 19:6 narra acerca de esa coronación al decir: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya! ¡Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso ASUMIÓ EL REINO”! Allí está esa gran multitud de redimidos que asisten jubilosos a su coronación.
De manera que la voz de esa gran multitud, tiene dos importantes connotaciones: la primera, es que ya Jesús recuperó ese lugar que fue a preparar para los que depositaron su confianza en Él; al expulsar a esas huestes del mal. Y la segunda es, que asumió el mando absoluto del cielo, con esa gran multitud que festeja Jubilosa esa victoria y su coronación oficial, con todos los redimidos que él rescató de la muerte eterna.
Esa manifestación de gozo, es para darnos a entender lo agradecido de ese pueblo redimido que, al entrar el pecado en el mundo, estuvo vendido en manos de Satanás, sin Dios y sin esperanza. Y no había otro medio de salvación, porque era necesario que un ser humano sin pecado muriera por la humanidad. Como no había justo ni aún uno, esa fue la razón por la cual el Padre en su amor por nosotros envió a Jesús, el cual tuvo que humanarse y morir, sin haber pecado, para redimirnos de la muerte eterna.
El tribunal de cristo para los creyentes.
Luego de ese acto, es de suponer que Jesús premiará a sus hermanos y amigos que van a ser galardonados conforme a sus obras. Como dice en Apo 22.12 “he aquí yo vengo pronto y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Ese acto se efectuará, en el tribunal de Cristo. Luego en el verso 19:7 nos habla de las bodas del Cordero, y en el 19:9 de los invitados a la cena de las bodas. Lo expuesto anteriormente se puede tomar como una secuencia de algunos eventos revelados, que acontecerán en el cielo durante el mismo periodo de siete años, de la gran tribulación en este mundo.
Es obvio que la Palabra de Dios, para poder decir que Cristo asumió el reino, tiene que haber obtenido la victoria y desocupado ese lugar del cielo, que ocupaban Satanás y sus ángeles. Cosa que acontece en Apo 12.7, cuando ellos son arrojados a la tierra. De esa manera quedaba desocupada esa parte del cielo, que ocupaba ese grupo de ángeles malvados y su jefe el dragón. Cumpliéndose así la sentencia dada por Dios a Satanás en Ezequiel 28:16-17, donde primero le dijo que lo había echado del monte de Dios, y que luego lo arrojaría a la tierra al echarlo del cielo.
Es probable, que después de su coronación, una de las primeras cosas al estar reunidos en el cielo, y alegrarse de ver aquel que por su amor y misericordia los salvó, como el de conocerse unos con otros, se efectuará esa gran reunión del tribunal de Cristo, donde el apóstol Pablo nos enseña, que un día todos los creyentes tendremos que comparecer.
Es obvio que esa gran reunión en el cielo, con la presencia de Jesucristo y todos los que confiaron en él, aunque se hace mención de un tribunal, éste no será condenatorio; sino para recompensar a cada uno de los creyentes según las obras efectuadas mientras se estaba en el cuerpo. Es decir, por todo lo que se hizo después de haber sido llamados por la gracia y amor de nuestro Dios.
En ese tribunal, por la decisión soberana del justo Juez, cada creyente recibirá su recompensa por la labor efectuada en pro de la obra de Dios. De ninguna manera serán juzgados allí los pecados, ya que Cristo los perdonó al morir en la cruz; Al creer por fe en su muerte y resurrección, nos hizo una sola cosa con Él, y todos nuestros pecados fueron perdonados y sepultados para siempre.
Ese tribunal, como la premiación de los fieles escogidos, será como lo explica en 2 Corintios 5.10 que dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo sea bueno o sea malo”. Es de suponer, que ese evento es único, ya que no hay razón para que se repita nuevamente. Ese acto se efectuará, antes que Él regrese para reinar en este mundo.
Se podría añadir que, en ese tribunal de Cristo, estarán todos los que vencieron al maligno, en las diferentes épocas. Es decir que estarán presente, todos los que depositaron su confianza en Dios. Haciendo un somero análisis de todos ellos se podría comenzar nombrando a esas dos terceras partes de ángeles que permanecieron fieles a su creador y no se unieron a las pretensiones de Satanás, con su propuesta de sublevarse. Con más razón ellos estarán allí, siendo que el cielo es la morada que se les asignó desde que fueron creados. Por supuesto que allí estarán todos los que resucitaron y fueron transformados, en el arrebatamiento. Allí subirán al podio de los vencedores para ser premiados; según el justo juicio de Dios; allí habrá diferentes niveles de premiación; según da a entender Su Palabra.
Las bodas del cordero.
En Apocalipsis 19:7-9 se nos enseña, acerca de esa unión entre Jesús y la esposa al decir: “Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado. A ella se le ha concedido vestirse del lino blanco y puro de la más alta calidad». Pues el lino de la más alta calidad representa las buenas acciones del pueblo santo de Dios.” Por lo que la Palabra revela en este escrito, parece ser que este sea el galardón más preciado, porque solamente a la novia se le ha concedido vestirse de lino blanco y puro de la más alta calidad; se puede decir con propiedad que este podría ser el galardón mayor.
A pocos días de su muerte Jesús orando al Padre, refiriéndose a ese grupo que habían estado con Él desde el principio, como por los que habían de creer en Él por la Palabra de ellos, en Juan 17.21 le dijo: “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Pues con ese acto se cumple esa oración que Jesús le hizo al Padre.
Este evento de las bodas, es un motivo más de gozo que hay en el cielo, al efectuarse esa unión, entre el Cordero y la esposa, después de la coronación del Rey. De esta nueva alegría es que se nos revela en Apo19:7 diciendo: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero.”
Debido a que algunos piensan que esta boda se efectuará en la tierra, se dirá que en el 19.1 Juan aclara muy bien, que donde vio y oyó todo esto fue en el cielo. Luego otra cosa que está en contra de esa teoría, es la situación inhóspita y terrible reinante en ese tiempo en el mundo; debido a los acontecimientos de la tribulación. Cosa que no ofrece el ambiente propicio para una boda, ni para manifestaciones de alegría.
Todos lo expuesto anteriormente, se efectuará antes del regreso de Jesús a este mundo donde todo ojo le verá, para castigar a los que intentarán eliminar al pueblo de Israel, inducidos por Satanás por medio de la bestia y el falso profeta.
Los invitados a la cena de la fiesta de la boda.
Por lo que concierne a la cena de las bodas del Cordero, la Palabra de Dios pone como ejemplo la celebración de una cena, que normalmente se efectúa después de una unión matrimonial que todos conocemos. Esto con el fin de darnos a entender, que se trata de dos actos completamente distintos. La boda es una cosa, donde participan el novio y la novia; mientras en la fiesta de la cena de boda, están los invitados que son los amigos más allegados a los contrayentes.
En Apo 19:9 la Palabra quiere resaltar, lo bienaventurados que son esos invitados en asistir a esa cena de la boda, y compartir la alegría de esa unión con la nueva pareja. Por eso el pasaje dice: “Y el ángel me dijo: Escribe esto: Benditos son los que están invitados a la cena de la boda del Cordero; y añadió: Estas son palabras verdaderas que provienen de Dios.” Como ya se explicó anteriormente e posible que estos sea los de Apocalipsis 6:11.
Se hace esta aclaratoria, debido a que hay quienes piensan, que los invitados a la cena de la boda, son el mismo grupo de la esposa. Mientras para este estudio se aconseja que los nombres del CORDERO, la NOVIA, La BODA, la CENA DE LA BODA y los INVITADOS, se mantengan en nuestra mente separados, con el fin de poder entender mejor las enseñanzas del libro de Apocalipsis.
El propósito de este estudio es, el de ajustarse a lo que la Palabra nos instruye; para algunos les puede parecer extraño que ahora se les diga que no todos los creyentes, forman parte de la esposa. Lo que acontece, es que el enfoque o las enseñanzas que a veces algunos imparten, son las que le dan prioridad a lo que más nos atrae y convenga a nuestra manera de interpretar las cosas; y no el de darle la correcta interpretación a lo que la Palabra de Dios nos enseña en línea general. Por ejemplo, lo más acertado sería, antes de enseñar acerca de la esposa del Cordero, resaltar lo maravilloso que es, para el creyente, recibir la potestad de ser hecho hijo de Dios; y pertenecer a Su gran familia.
Como dice en Juan 1.12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. De esta manera llegamos a pertenecer a esa gran familia. Como dice en Efesios 2:19: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios”. Que de paso viene al caso tener presente que esta familia, está formada por un grupo que tiene su morada en el cielo, y el otro que la tiene en la tierra, en esa nueva creación de Dios.
Todo lo expuesto, es de acuerdo a lo que enseña la misma Palabra en Efesios 3:15 que dice: “De quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”. (Como se puede ver en este proceso de transformación espiritual, sólo se menciona que al creer en Jesús, se les da la potestad de ser hechos hijos de Dios, y nada se menciona de pertenecer a la esposa cuya escogencia solo le pertenece al esposo).
Una vez que llega a nosotros esa enseñanza de la Palabra y hemos entendido que somos hijos y todos pertenecemos a esa gran familia, se nos hace más fácil poder comprender la existencia de esa familia. Que, de acuerdo a la sociología, se compone de un esposo, una esposa y los hijos.
Está claro en nuestra mente, el Esposo es el mismo Señor; en lo que concierne a la esposa, es lógico que sea Él que la escoja; los demás permanecen como hijos De manera que, no todos pueden ser la esposa, porque al no haber hijos, dejaría de ser una familia y sería solamente una pareja.
De igual manera a algunos creyentes, se les dificulta poder entender que la salvación que es la cosa más grande de toda nuestra existencia, no tiene que ser el todo para el hijo de Dios; como tampoco Dios lo ve de esa manera. Ya que después de creer tenemos la oportunidad de crecer obrando a favor de la obra en este mundo; cuya labor será reconocida como una deuda. Así lo dice en Romanos 4.4 “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda”. Y esa deuda es pagada con galardones en el tribunal de Cristo según sus obras buenas o malas.
Aclarando que la salvación es un don gratuito que Dios otorga sin obras, para que nadie pueda gloriarse de haber hecho algo meritorio para obtenerla. En cambio, las obras son para una recompensa que el Señor otorgará por ese trabajo efectuado, después de haber sido salvo, cuya premiación tendrá lugar en el tribunal de Cristo.
Acerca de los que piensan que para Dios todos somos iguales, ya que él no hace acepción de personas; y que todos pertenecemos al cuerpo de Cristo por haberle aceptado y resucitados juntamente con Él. Es cierto que todos somos parte de su cuerpo, por la salvación que nos ha sido dada por gracia; y miembros de la gran familia de Dios. Sin embargo, aunque sea una sola familia, una parte de esta tiene su residencia en el cielo y la otra en la nueva creación de cielo y tierra nueva.
No sé si esa teoría que para Dios todos somos iguales, y que todos tendremos el mismo trato, se podrá sostener después de leer estos dos pasajes bíblicos que se dan a continuación, que son enseñanzas que el Espíritu Santo le dio al apóstol Pablo; ya que es imposible compartir esa opinión, según lo que afirma 2Corintios 5.10 que dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo sea bueno o sea malo”.
Como también por lo que enseña 1 Corintios 3.15 donde se deduce fácilmente, que no todos recibirán en ese tribunal la misma recompensa; según este que dice: “Si la obra de alguno se quemare él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, así como por fuego”. Dando a entender sencillamente, que para algunos habrá una premiación más meritoria que para otros, y hasta de una pérdida, sinónimo de ningún galardón; donde para nada está implicada la salvación. Ya que al estar en ese tribunal por la gracia de Dios, tiene la corona de la vida eterna, aunque no hayan obtenido galardón alguno.
Porque es evidente que, por el simple hecho de estar en esa reunión del tribunal de Cristo, tiene que ser motivo de supremo gozo, por la maravillosa razón de haber vencido al maligno por esa fe que nos ha sido dada, y ser salvo por la gracia y misericordia de Dios. De todas maneras, todo juicio emitido por el justo juez al escoger la que será su esposa, será aceptado con gozo y resignación, aun por aquellos que sufrirán la pérdida de no recibir ningún galardón. Y ellos gozosos participarán al estar invitados a la cena de la fiesta de boda.
Después de este acto, concluyen los eventos revelados que tuvieron lugar en el cielo, para ese momento ya han transcurrido los siete años, y el Señor con sus santos millares, están listo para su regreso a este mundo. Ese será un evento donde todo ojo podrá verle, cosa que analizaremos más adelante.
A continuación, examinaremos lo que acontecerá en este mundo durante ese mismo período de siete años, o sea desde el momento que la iglesia es arrebatada; quedando la humanidad a merced del hombre de pecado. Desde el momento que es quitado lo que impedía su manifestación; es decir, el Espíritu Santo que fue enviado para que morara en los que el Padre le daría a Jesús, por creer en Él durante el periodo de la gracia.
Ya hemos visto algunos de los eventos revelados, que tuvieron lugar en el cielo, durante ese lapso de siete años, desde que la iglesia se reunió con el Señor. Nos hemos guiado comentando lo que la Palabra de Dios ha dado a conocer. La realización de todos ellos son la esperanza y anhelo del creyente desde el momento que acepta la verdad, que Jesucristo es la única esperanza de salvación y vida eterna; que un día participará en esos actos.
Continuando ahora con el tema, después de haber visto lo que acontecerá en el cielo, como es lógico surge la pregunta: ¿qué acontecerá en este mundo, durante ese mismo período desde que la iglesia es arrebatada hasta el regreso de Jesucristo? A continuación, con la ayuda de Dios se expondrán esos eventos; como el inicio del “día del Señor”, que es un día de venganza para los habitantes que quedaron viviendo en este mundo; para todos los que rechazaron la salvación ofrecida por Dios a la humanidad.
El inicio del día del señor, el día de venganza.
Al iniciar este tema e conveniente recordar, esa promesa que Jesús les hizo a los suyos cuando les dijo en Juan 14:2: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros”. Por supuesto que esa promesa, no se refería a la construcción de lugares donde vivirían; sino que al vencer con su muerte al pecado, iría a desocupar del cielo, a esos seres rebeldes a la voluntad de Dios, como vimos anteriormente que relata la Palabra en Apo 12.7 diciendo: “después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo”.
Se repite este gran acontecimiento, para que se tenga presente en nuestra mente otra advertencia de Apo 12:12 que dice: “¡Ay de los moradores de la tierra y del mar ¡porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.” Es probable que ese evento acontezca en el tiempo del arrebatamiento, para que sean los creyentes los que ocupen esa “herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.” Que menciona el apóstol en 1Pedro 1:4
Este hecho de arrojar a Satanás y sus ángeles del cielo, dará como resultado que ellos actúen libremente en este mundo, por el corto tiempo que se les ha concedido. Iniciando de esta manera el “día del Señor”; para así llevar a cabo toda clase de engaño en este mundo sin restricción alguna.
Ahora bien, como ellos son espíritus invisibles, por ser incorpóreos, para que el diablo pueda llevar a cabo sus planes de engaño, necesita de un ser humano para ponerlo como su líder sobre todos los demás hombres de la tierra. Es así que escoge un hombre común y corriente, para que declare ser el Hijo de Dios; para abarcar así el mayor número de creyentes de los varios grupos como: hebreos, cristianos, musulmanes etc. Al cual Satanás le otorgará todo el poder necesario para llevar a cabo sus planes. Luego para ese tiempo, los diez reyes, o los representantes de diez naciones le confiarán también el mando del grupo de esos estados.
Por lo que se puede entrever, en los relatos de la Palabra de Dios, en los primeros tres años y medio, aunque acontecerán cosas asombrosas, habrá una relativa paz ya que esta situación le servirá para que se afiance el nuevo líder mundial. Donde “colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra.” Como dice en Dan11:35. Su principal objetivo será demostrar su poder e integridad, al destruir a la babilonia eclesiástica, presentándose como el único con poder para guiar a toda la humanidad. Será el Mesías para los hebreos, el Cristo para los cristianos, y el Mahdi para los musulmanes; cosa que tanto para Israel como para los musulmanes y el mundo entero ese príncipe y nuevo líder mundial será reconocido como el mismo hijo de Dios.
Los cuatro jinetes.
Con el fin de mantener una continuidad, más ajustada a la que ofrecen los escritos de la Palabra, en el capítulo 6 de Apocalipsis, tenemos una secuencia de los eventos que tendrán lugar en ese tiempo; representados por cuatro caballos con sus jinetes, que revolucionarán a este mundo con miles de millones de muertos. Con el primer jinete presentándose como el Hijo de Dios, vendrá un período de supuesta paz, donde la bestia demostrará su poder, maravillas y prodigios, que se le ha permitido hacer; por el poder que le dará su padre el diablo. Mientras los otros tres jinetes traerán guerra, hambre, muerte y pestilencias. El orden de aparición de estos cuatro jinetes, pueden ser tomados como un patrón; únicamente para tener una idea de la secuencia, de cómo se irán desarrollando los acontecimientos en ese tiempo desde el inicio de la gran tribulación.
Sin embargo antes de continuar, es necesario aclarar que solamente el primer caballo es el que actuará en la primera mitad de la tribulación. Este jinete que es el anticristo, o como lo denomina la Palabra “la bestia”, actuará durante esos primeros 42 meses o 1260 días. Debido a que ese es el tiempo que se le ha concedido para actuar en este mundo donde procederá haciendo milagros y grandes maravillas en ese período de supuesta paz.
Mientras los tres restantes, que sólo representan juicios para este mundo están reservados para la segunda mitad de ese período. De modo que a continuación, se expondrán separadamente los hechos del primer Jinete; y luego los otros tres para el inicio de la segunda mitad, donde sólo traerán destrucción para este mundo. Es importante tener presente que tanto los caballos como los jinetes (exceptuando el primero) no son reales, son solamente figuras de lo que acontecerá en el futuro.
El primero en aparecer con un caballo blanco es el anticristo.
Este primer jinete se le muestra al apóstol Juan, simulando a Jesucristo, mostrándose al mundo como el Hijo de Dios, y vendrá en un caballo blanco como lo relata la Palabra en Apo 6.2 al decir: “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer”. Al decir que él viene en un caballo blanco, venciendo y para vencer; es para mostrarnos un cuadro muy claro, de la imitación del verdadero y glorioso Rey de reyes, nuestro Señor Jesucristo. El cual vendrá realmente en un caballo blanco, al finalizar el periodo de la gran tribulación. Así lo describe Apocalipsis en el 19:11, diciendo: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.”
En esos primeros 42 meses, a la bestia se le permitirá hacer maravillas y hechos portentosos, con el fin de ganarse la confianza de la humanidad; como de una parte de Israel, que caerá en el engaño al presentársele como su Mesías. Así lo predijo Jesús al decir en Juan 5:43 “Yo he venido en el nombre de mi Padre y no me recibís; otro vendrá en su propio nombre y a ése recibiréis”. De manera que, por los relatos bíblicos parece ser que la bestia hará un pacto con Israel por ese período; que posiblemente incluya también la reconstrucción del templo.
Resumiendo, el primero de los cuatro jinetes en aparecer es el anticristo, quien vendrá venciendo y para vencer, por la autoridad y trono recibido por Satanás. Esta bestia que es una de las figuras más prominentes de las profecías de apocalipsis, aunque es un simple humano, dispondrá de poderes sobrenaturales. Debido a las condiciones de agitación que actualmente vivimos, y cómo está el mundo de convulsionado; se podría asegurar que este individuo ya esté viviendo en algún lugar de este planeta.
Los dos testigos Dios sabe que con la aparición del anticristo, bajo la figura del primer jinete, y por el poder que el Satanás le otorgará, con los engaños que él trae, para hacer y demostrar maravillas y prodigios tanto para Israel como para la humanidad. Estos serán días de gran angustia y tribulación para este mundo, de modo que, con a fin de socorrer tanto a Israel, como a los demás pueblos, Dios vuelve a manifestarse nuevamente, enviando a Jerusalén dos profetas, testigos de épocas pasadas; después de unos dos mil años de silencio. Ya que Juan el bautista, fue el último de los profetas que Dios le envió a su pueblo.
Esto según Mateo 11:13 que dice: “Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.” Ahora sabiendo del engaño que le espera a su pueblo con este hijo de perdición; Dios vuelve a relacionarse con ellos, al enviar a Enoc y Elías que vivieron en este mundo pero que no vieron muerte, porque fueron traspuestos por Dios. Ellos Serán enviados nuevamente a su pueblo como una luz en medio de la confusión y engaño que reinará en ese tiempo.
Estos dos testigos, le enseñarán a Israel tanto del error que cometieron sus padres, al no reconocer al Mesías en el tiempo que le fue enviado, como para advertirle en ese momento crítico, que esa bestia (el anticristo) que se ha manifestado al mundo como enviado de Dios, aunque haga milagros, maravillas y prodigios, no es el Mesías que ellos han estado esperando; notificándole a la vez, que el verdadero vendrá muy pronto con gran poder y gloria.
El relato donde explica todo acerca del envío de estos dos profetas, como el tiempo de 1260 días que se les concede para que actúen, y como al terminar ese tiempo, la bestia que sube del abismo los matará; se encuentra en Apocalipsis 11:3-7 que dice: “Y daré mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días vestidos de cilicio, Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. Cuando hayan acabado su testimonio. (Es decir después de los 1260 días). La bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará”. Todo esto estará permitido por Dios en su plan para la humanidad.
Seguramente, alguien podría pensar: ¿Cómo es que dos testigos enviados por Dios con todos esos poderes que tienen pueden ser muertos por un demonio que sube del abismo? Todo esto es parte del plan de Dios para ellos. Y esto tiene su razón de ser, y se debe a que, tanto Enoc, como Elías en su tiempo que estuvieron viviendo en este mundo, no murieron debido a que ambos fueron traspuestos por voluntad de Dios. De modo que ellos tendrán que cumplir con lo que está determinado para todo ser humano en Hebreos 9:27 que dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.”
Es así que, sea para que cumplan con ese requisito establecido para todo ser humano, como por habérsele terminado el tiempo que tenían establecido para su misión, Dios permite a la bestia que sube del abismo que los pueda matar, y continuar con su show. Por supuesto que Satanás por medio de la bestia aprovecha esa coyuntura para lucirse y matarlos delante de todo el mundo. Donde muchos de los engañados se alegrarán, aunque por muy poco tiempo. Más adelante se explicará más sobre este tema, ya que estos dos testigos resucitarán a los tres días y medio.
Estos tres años y medio del reinado del anticristo o la bestia, y la presencia de estos testigos será un período de demostraciones de poderes de ambos; ya que ostentarán tener poderes excepcionales, con evidencias indubitables. Viene a la mente que será una repetición de lo que aconteció con Moisés y Aarón cuando se presentaron delante de faraón, que al tirar Aarón al suelo la vara que tenían en su mano, esta se convirtió en serpiente. Entonces faraón llamó a sus magos y hechiceros que con sus artes mágicas hicieron lo mismo, pero la vara de Arón se tragó las varas de ellos. Éxodo 7:9
Es decir, debido a que tanto los testigos como la bestia tienen poderes para hacer milagros y maravillas, estas señales no serán suficientes para que el pueblo pueda discernir, quien de los dos bandos proviene realmente del verdadero Dios.
Todos esos milagros y maravillas confundirán tanto a Israel como a la entera humanidad, no teniendo quien les guie. En ese tiempo muchos buscarán quien les predique la verdad y no la hallarán; solamente en Israel a través de los dos testigos, habrá una luz para este mundo, que en ese tiempo estará sumido en una densa tiniebla espiritual. Esa situación y pacto que hará el anticristo con Israel, posiblemente incluya la reconstrucción del templo, al recibirlo como el Mesías. Ya que Jesús predijo, que Él vino en el nombre de su Padre, y no lo recibieron, y otro vendría en su propio nombre, y a ese recibirían.
Todo eso acontecerá, aun estando con ellos (Israel) los dos profetas de Dios, donde muchos serán engañados y creerán en ese falso Mesías, por los sorprendentes hechos que él hará; sin embargo, habrá un remanente de Israel, que posiblemente sean los 144 mil, que creerán en el mensaje y enseñanzas de los dos testigos.
El acontecimiento que estremecerá al mundo.
Uno de los hechos más relevantes, de las actuaciones del anticristo durante ese período que asombrará al mundo entero, es la destrucción total de la “mujer ramera”, que es la Babilonia eclesiástica, llamada así por su confusión doctrinal; la cual se encuentra entre siete montes dentro del área de la ciudad de Roma. Este hecho ocurrirá al surgir en el futuro la nueva coalición de 10 naciones, donde tiene que estar involucrada Roma, como el último imperio mencionado en el libro de Daniel, que en el 7:24 dice: “Y los diez cuernos significan que de aquel reino (refiriéndose a la cuarta bestia, el antiguo imperio romano) se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, (la bestia) el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará.”
En Apo 17:16 es donde se da a conocer el poder que él tendrá después de haberlo recibido, tanto de Satanás (el dragón), como de esa coalición de los diez reyes, que le darán el mando para que sea el líder de ese grupo.
La Palabra de Dios nos da algunos detalles de la destrucción de la Babilonia eclesiástica, por los diez reyes y el anticristo. Luego de este importante hecho el anticristo elimina a tres de esos reyes, sin que se revele el motivo. Aunque se pudiera pensar, que no estuvieron de acuerdo con esa total destrucción. Estos dos temas son los que se desarrollarán a continuación. Para la secuencia de estos hechos se tienen que unir dos profecías, que fueron dadas en diferentes tiempos, como de profetas, ya que una le fue dada a Daniel y la otra a Juan en el libro de Apocalipsis.
Según lo que se puede entrever de las escrituras, la Babilonia eclesiástica es destruida al inicio del primer período de los tres años y medio; en efecto, esto acontece tan pronto se conforme esa confederación de los diez reyes. En ese tiempo es que entra en la escena mundial el anticristo con un tiempo determinado de 42 meses. Luego de esa destrucción, la Palabra de Dios nos dice, que tres de estos reyes serán eliminados por el anticristo.
Tenemos que tener presente que todo lo que se explica a continuación, acontece con el permiso que Dios le concede a Satanás, por ese período de siete años. Así está establecido en la Palabra y así será; en efecto como ya se ha mencionado en el 17.16 es donde se da a conocer una parte, de todo lo que acontecerá al decir: “Y los diez cuernos (o reyes) que viste, y la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda, (Sin nada) y devorarán sus carnes, y a ella la quemarán con fuego; porque Dios puso en sus corazones hacer lo que Él se ha propuesto, y hacer que se pongan de acuerdo y den su reino a la bestia, (esto es el mando del grupo de los diez) hasta que se haya cumplido las palabras de Dios”.
Es de suponer que, únicamente si los diez reyes están convencidos que el anticristo, es verdaderamente el Cristo el Hijo de Dios, que puede llevarse a cabo esa asombrosa destrucción por los diez gobernantes y la bestia. Ya que de no ser así nadie se atrevería a tomar una decisión tan importante, de ir en contra de esa organización religiosa de fama mundial, como es la gran ramera. La mujer que tiene en su frente escrito: “Babilonia la grande la madre de las rameras”. Esa es la razón por la cual se puede afirmar que el juicio es en contra de ese gobierno eclesiástico.
Esa afirmación bíblica de devorar sus carnes es un sinónimo de ajusticiar a sus dirigentes; luego quemarla con fuego, significa destruir el sitio donde reside la mujer cuyo conjunto es la Babilonia. En efecto esto es lo que da a entender en el 18.1-3 que dice: “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella”. Esta última parte es la que refuerza, que se trata de una organización eclesiástica y no de la económica.
La eliminación de los tres reyes.
Esta revelación le fue dada tanto a Daniel en el 7.24 que dice: “Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará”. Como a Juan que en Apo 17.11 ratifica la eliminación de los tres al decir: “La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición”. Como se puede notar, Apocalipsis complementa lo revelado a Daniel, que de los diez quedan siete, después de la eliminación de los tres quedando el anticristo como el octavo.
Después de los anteriores acontecimientos, el anticristo estará gobernando durante este período hasta que se completen los 42 meses que se le han concedido para actuar. Durante ese tiempo tratará de convencer y obligar a la humanidad para que lo adoren, tratando de conquistar todo el poder eclesiástico, político y económico para sujetar a todos a su voluntad; que no es otra cosa que la voluntad del dragón, que le dio su trono y poder.
Por lo que el ángel revela, posiblemente después de la destrucción del complejo de la Babilonia religiosa, en esa forma tan terrible; es posible que tres de los gobernantes del grupo de los diez, no se solidarizarán con él; por la manera tan desastrosa de esa actuación alegando que no se respetaron los derechos humanos, manifestando así no estar de acuerdo con esa manera de actuar. Como también puede ser que la causa principal sea: que esos tres reyes se le enfrentarán, al darse cuenta del engaño del cual fueron objeto, por ese falso Cristo; debido a las revelaciones de los dos testigos que alertaron sobre la bestia y sus engaños.
Esto causará que la bestia se moleste, y haga valer su autoridad aun en contra de ellos, que pertenecen a esa coalición; eliminándolos como lo revela el ángel. Éste ser, aun no teniendo ejército los eliminará, por el poder otorgado por Satanás para seguir con sus planes demostrando que con él no se discute, solamente se le obedece.
Referente a este poder de eliminar a los tres reyes, es oportuno recordar que, al darle Dios permiso a Satanás, de disponer de su siervo Job, le tuvo que advertir que guardara su vida. En efecto en Job 2.6 Jehová le dijo: “He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida”. Dando esto a entender que él tiene esa facultad, de quitarle la vida a alguien; razón por la cual Dios tuvo que advertirle, de no hacerlo con Job. Pero ése será el momento que Dios le concederá que actúe libremente, utilizando esa facultad para que el mundo entero quede impresionado al sentenciar a muerte a los tres reyes, que posiblemente se molestaron con él; cumpliéndose así la sentencia que le fue revelada anticipadamente a Daniel.
En Daniel 11.39 dice: “Con la unión pues del dios extraño, actuará contra las fortalezas más inexpugnables”. Con esto se entiende que posiblemente se trate de los líderes de tres de las naciones más fuertes de ese grupo. Después de esa eliminación quedarán sólo siete gobernantes, donde la Palabra ratifica que la bestia quedaría como el octavo. En el 17.11 dice: “y la bestia que era y no es, ella es también el octavo, y es de los siete y va a la perdición”.
Este grupo de ocho estará vigente hasta que se completen los tres años y medio, donde seguramente para ese tiempo, Israel se habrá dado cuenta del engaño y se romperá el acuerdo o pacto; comenzando el segundo período de la gran tribulación, con hechos que nunca han acontecidos anteriormente.
El propósito de esos dos asombrosos hechos.
Como se puede notar de la anterior exposición, podría parecer algo extraño que el anticristo destruya a los que trabajan para él; ya que este grupo trabajó con el mismo fin fomentando falsedades espirituales e idolatría. Sin embargo, esa destrucción, es un sutil y espectacular plan diabólico que favorecerá su liderazgo. Ya que todo está planificado para sacarle provecho a esa destrucción; de manera que él sea enaltecido a los ojos del mundo; tanto por esa eliminación, como por su autoridad y extraordinario poder, en la eliminación de esos tres reyes y colaboradores.
Con la desolación de ese lugar, tan sagrado para muchos y sin que nada le acontezca, desmontará todo ese andamiaje de falsa religiosidad que profesaban. Alegando que de haber sido ese lugar realmente de Dios, como ellos afirmaban, diciendo ser sus representantes en la tierra, (vicario de Dios) Él no hubiera permitido esa destrucción; sin que nada le hubiera pasado por haber eliminado ese sistema religioso.
Entre los probables motivos de esa destrucción, aparte de todos los problemas de sexo, pederastia y violaciones que se están descubriendo, puede estar contemplada también una salida económica para esas naciones, debido a las enormes riquezas en oro acumuladas en el Vaticano durante los años de su existencia.
Es importante notar, que no es la bestia en sí, la que actúa en contra de la ramera, porque él no tiene ni representa a nación alguna; pero es la cabeza del grupo, es por su espíritu de convencimiento que le ha sido dado por Satanás, que imparte instrucciones al grupo, y los convencerá que él es el Cristo, para que ellos obedezcan a fin de destruir a la ramera. Por los anteriores hechos, se puede entender que éste será el fin de la Babilonia eclesiástica y de la mujer ramera, con la cual habían fornicado las naciones y los pueblos de la tierra.
Al usar esta palabra desnuda, viene a la mente el que la utilizó en una terrible situación cuando fue despojado de todo lo que tenía, y al verse en esa situación nuestro hermano Job dijo: “desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá”. Será un terrible juicio al estilo de Sodoma y Gomorra.
El motivo o estrategia satánica de todo esto es: para que ahora todo el mundo vea en él, la única autoridad eclesiástica. Quedando demostrada por haber eliminado lo que era el soporte espiritual de muchos. De manera que muchos creerán que realmente él sea el hijo de Dios, y toda esa feligresía de la iglesia romana unan sus vidas y pensamientos a este nuevo conductor espiritual y nuevo “vicario de Dios.”
Seguramente el mundo entero a sabiendas de lo que ha ocurrido en el pasado con caso de abusos sexuales y pederastia, con los ministros de la iglesia “universal”, la bestia traerá a la luz, engaños y cosas que estaban ocultas; las cuales serán motivos suficientes y convincentes, para justificar esa actuación y su total eliminación; por lo que la gran mayoría de este mundo les dará su respaldo.
Con los anteriores acontecimientos Satanás alcanzará su objetivo engañador, haciendo que se le reconozca a su títere el anticristo, como el invencible hijo de Dios, y a él como su padre que le da el poder. Desacreditando y demostrando que ese sistema religioso, de la mujer adúltera, que muchos reconocieron y aceptaron como la línea directa entre Dios y el hombre, era un antro de engaño. Por haberse desviado ellos de la verdad, convirtiéndose en toda una farsa (que en realidad lo es), un engaño y sin valor espiritual alguno. Estableciendo así que él, es el único objeto de adoración; cosa que siempre fue el anhelo satánico.
Por lo que se ha expuesto, y la forma de actuar de esta bestia, demostrando todo lo que es capaz de hacer, por medio del poder satánico que reside en él; toda la humanidad quedará asombrada. Esta es la razón por la cual la Palabra anticipa, lo que muchos exclamarán en ese tiempo de él. En el 13.4 dice: “Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?”.
La bestia trata con halagos de conquistar la confianza mundial.
Todo lo explicado anteriormente, acontecerá en el inicio de ese período de la gran tribulación, con el propósito de demostrar la autoridad y poder que reside en él, de manera que todos le estén sujetos. Debido a la situación reinante en el mundo en ese tiempo, y al no estar el Espíritu Santo, el cual revela los planes de Dios y guía a los suyos a toda verdad; todo lo que la bestia haga y diga será recibido como la misma ley que viene del cielo.
Después de esa contundente destrucción de la Babilonia eclesiástica y la eliminación de tres de los reyes; se puede pensar que el anticristo se afirme como el nuevo y poderoso líder mundial. Tanto por sus actuaciones, al aparentar justicia y espiritualidad, como por su imponente figura de justiciero; después de haber demostrado su poder, los demás líderes por prudencia, tendrán que reconocerlo como un gobernante con poderes fuera de lo común, con el cual sus órdenes no se discuten.
Así lo revela la Palabra de Dios en Daniel 11.39 que dice: “Con la unión pues del dios extraño, (satanás) actuará contra las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan. Le dará dominio sobre muchos, y como recompensa le repartirá la tierra”. Según lo que enseña este versículo, él llegará a ser como el dueño de este mundo; repartiendo tierra, o determinando a quien pertenece tal o cual parte de tierra, mar o isla, como en el caso de las Islas Malvinas por citar un ejemplo, que seguramente las asignará a quienes mejor les convenga a sus intereses. Sabiendo que lo que él determine será ley, ya que él es el príncipe de este mundo, Como dice en Juan 14.30.
Seguramente al inicio de su mandato tratará de comprar conciencias, colmando de honores a los que lo reconozcan. Presentándose como un corderito, con buenas intenciones de cooperación recíproca, repartiendo bienes a los que lo acompañen, para luego mostrar todo su poder y uñas de bronce, cuando sus pretensiones no sean aceptadas.
Al obtener el dominio y luego de haber demostrado su poder de destruir a los que se le opongan, se producirá una abierta dictadura con oposición a la independencia. Dando lugar a la globalización total, o a la idea de que todos los países del mundo tengan una dependencia con las leyes y ordenanzas que él emita. Unificando así ideas religiosas, mercados, y culturas, que determinen el rumbo de la humanidad. Él será el que pondrá las leyes para los gobiernos tanto en materia legislativa como religiosa.
Así lo revela Daniel 7.25 diciendo: “Y hablará palabras contra el altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará cambiar los tiempos y la ley: y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. (Tres años y medio) Luego esto mismo se repite en Apocalipsis en el 13.5 que dice: “Le fue dada una boca que hablaba grandezas y blasfemias, y le fue dada autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses”. (Tres años y medio)
Como se desarrollarán los eventos al cumplirse los 42 meses.
Con los acontecimientos que se verificarán en ese período de transición, al terminar los primeros 42 meses, y el inicio de la segunda mitad de la tribulación; ocurrirán eventos, de gran relevancia, tanto para el anticristo como para los dos testigos. Estos serán de tal magnitud que desconcertará al mundo entero. La Palabra revela que en ese tiempo, el anticristo será herido de muerte y muere.
Sin embargo una bestia, un demonio que sube del abismo, toma el cuerpo y el lugar del anticristo que pereció al ser herido para continuar actuando con su misma fisonomía. Esta bestia que sube del abismo, es el que matará a los dos testigos de Dios; y gobernará por el segundo período de 1260 días; para que luego venga el Rey de reyes y Señor de Señores para establecer un reino que no tendrá fin.
El desarrollo de los eventos expuestos anteriormente.
Durante ese período de los primero tres años y medio del reinado del anticristo, Satanás habrá hecho todo lo posible, con toda clase de engaños, para que la población mundial haya creído que su títere es realmente el Cristo. Sin embargo en ese momento es cuando ya se le está terminando el período establecido de 42 meses. La Palabra para ese tiempo en Apo 13:3 le revela a Juan lo siguiente: “Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia. Luego sigue en el verso 4, diciendo cual será la reacción de la población mundial en ese momento al decir: “y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?”
Es extraño que alguien que es herido y su herida es sanada, pueda producir una reacción mundial de tal magnitud, que adoren al dragón (refiriéndose al diablo como su padre) y al anticristo; en todo esto tiene que haber algo más que provoque esa actitud de adoración.
Al iniciar la explicación, de algunos de estos complicados eventos, se recuerda una vez más lo que se dijo anteriormente, que tanto la bestia como los dos testigos, ambos tienen establecido un tiempo fijo de 1260 días. De manera que, al terminar ese primer período para el anticristo, la Palabra en Apo 13:3 y 12 explica lo que acontecerá, diciendo que la bestia fue herida de muerte y “su herida mortal fue sanada”. Esa frase no nos da una revelación abierta del plan satánico preparado para ese momento; aunque la bestia para ese tiempo, terminó su período y tiene que salir de la escena mundial de alguna manera, ya que no puede seguir actuando.
Pero después de toda esa demostración de poder y maravillas, y el nivel de credibilidad alcanzado, en gran parte de la población mundial, Satanás no puede ahora perder ese esfuerzo con la muerte de su títere; ya que eso desmoronaría todo ese trabajo de engaño conquistado durante esos tres años y medio. Ya que la población mundial se preguntaría: ¿qué hijo de Dios es ese, que muere y no tiene poder sobre la muerte?
A este punto, es probable que el dragón prepare la muerte del anticristo, con el fin de reforzar su trabajo de engaño para simular luego una resurrección del mismo; utilizando un demonio que sube del abismo, que se introduce en el cuerpo inerte del plebeyo que murió. Cumpliéndose así esa parte de la escritura que dice: que él era y no es, y será. O como dice otra versión: la bestia que era y no es, y estará presente. Ese suceso futuro, será una copia al carbón de Aquel que fue herido con una lanza en la cruz y realmente resucitó. Cosa que es confirmada por la misma Palabra.
En efecto, no es que la herida de la bestia fue sanada, ya que en el 13:14 claramente dice: “que le hagan una imagen al que tiene la herida de espada y vivió”. (Al usar la palabra vivió, es lógico deducir que había muerto). Para que aparezca como una resurrección.
Para respaldar bíblicamente la anterior exposición y tener una idea más amplia de este importante acontecimiento, se utilizará un versículo que se refiere a este hecho, en tres diferentes versiones de la Biblia; de manera que se pueda ver con más claridad lo que nos quiere revelar el versículo.
En el 17.8 de la Reina Valera 1960 dice: “La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia (al anticristo plebeyo) que era y no es, y será”.
La Nueva Traducción Viviente en el 17.8 dice: “La bestia que viste, antes vivía, pero ya no. Sin embargo, pronto subirá del abismo sin fondo e irá a la destrucción eterna. Los que pertenecen a este mundo cuyos nombres no fueron escritos en el Libro de la Vida antes de la creación del mundo, se asombrarán al ver la reaparición de esta bestia, que había muerto”. (NTV)
Y por último la Biblia Textual lo presenta de la siguiente manera: “La bestia que viste, era, y no es, y está a punto de subir del abismo y va a perdición. Y los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y estará presente”.
Donde tenemos que detenernos a meditar, es en la reacción del mundo cuando exclamará “¿Quién es tan grande como la bestia? ¿Quién puede luchar contra ella?” Nos podríamos preguntar: ¿por qué se maravillaría toda la tierra, y adorarían al dragón, si se trataba tan solo de una herida que sanó? ¿Qué asombro podría producir hoy día, que alguien que sea herido entra en coma, y a los días sale bueno y sano?
La sorpresa se deberá, a que se le permite a un espíritu (un demonio) que sube del abismo, que tome el lugar de la primera bestia introduciéndose en el cuerpo inerte del anterior, simulando la resurrección del mismo. Por supuesto que nadie se dará cuenta de este cambio ya que sólo el Espíritu de Dios podía revelarlo. Esta bestia que sube del abismo es el que matará a los dos testigos, que se explicará más adelante.
De manera que, a los ojos del mundo: en lo físico será la misma figura del plebeyo, con el mismo aspecto corporal anterior, pero en su interior es un demonio, que se posesionó de ese cuerpo que fue herido y murió. Todo esto se explicará a continuación, con los detalles que nos ofrece la Palabra de Dios.
Referente al abismo, de donde procede esta bestia, éste se conoce como el lugar provisional en el cual se encuentran una parte de los ángeles caídos, cuyo jefe de ellos en griego es Apolión. Estos son los que dejaron su morada, se humanaron, y no guardaron su dignidad, como dice en Judas 6. Esos demonios, están aprisionados en ese lugar en espera del día del juicio; antes de ser enviados al lago de fuego, que es el sitio que ha sido preparado para Satanás y sus ángeles.
La bestia que era y no es, y estará presente.
Aunque las tres versiones digan lo mismo, las dos últimas dan una idea más exacta de lo que acontecerá. Se explicará esto de una manera más simple, y la forma como se desarrollarán los eventos en ese momento de la historia. Ya hemos visto como el anticristo actuó durante los 42 meses que se le concedieron. Es lógico que durante ese tiempo él existía, porque lo veían y estaba vivo; razón por la cual la Palabra de Dios nos dice que durante ese tiempo él “ERA”. Luego muere, por tanto ya no existe, de modo también se afirma que él “NO ES”. Pero después de muerto él vuelve a estar presente, de manera que él “SERÁ”. la Palabra de Dios, solamente se limita a presentar la realidad de las cosas, sin revelar todos los detalles ya que no puede afirmar que esa fue una resurrección porque en realidad no lo es.
Como se puede notar en estos versículos, solamente se nos quiere dar a entender que hay una especie de metamorfosis entre la antigua bestia que muere; y una nueva bestia, que es un demonio que sube del abismo y se posesiona del cuerpo sin vida del anticristo para que vuelva a estar presente para el mundo. Donde la Palabra se limita con decir lo que acontecerá al anunciar: “la reaparición de esta bestia que había muerto”.
Está claro que todo esto se le mostrará al mundo como una resurrección, Ya que muchos “se asombrarán al ver la bestia que ERA y NO ES, y ESTARÁ PRESENTE”. Este hecho se le mostrará al mundo como una resurrección.
Por supuesto que muchos lo creerán de esa manera, aunque es un engaño, ya que el único que tiene el poder para resucitar es Jesucristo, y el no resucitaría a alguien que ha engañado a toda la humanidad haciéndose pasar por él.
Después de la anterior explicación, ya es más fácil poder entender el significado de ese juego de palabras del ángel, cuando se unen con lo que Juan vio en el 13.3-4 al referirse a ese Grupo de siete reyes, que quedaron después de la eliminación de los tres; y con la bestia como el octavo del grupo dice: “Vi que una de las cabezas de la bestia parecía estar herida de muerte, ¡pero la herida mortal sanó! Todo el mundo se maravilló de este milagro y dio lealtad a la bestia. Adoraron al dragón por haberle dado semejante poder a la bestia y también adoraron a la bestia. «¿Quién es tan grande como la bestia? —Exclamaban—, ¿quién puede luchar contra ella?».
Por supuesto que Satanás a este punto y como estarán las cosas, no puede permitir que el mundo llegue a saber, que su líder ha muerto. De manera que mientras el alma del anticristo plebeyo, sale de su cuerpo y va a su lugar (el Hades) en espera del juicio final, Satanás se las arregla para que un demonio que sube del abismo se introduzca en el cuerpo inerte del plebeyo, para que continúe apareciendo con vida.
El hecho que adoraron al dragón (Satanás) y a esta nueva bestia, con el cuerpo del que fue herido y murió; tiene que tener una razón lógica para que toda la tierra se maraville por esa supuesta vuelta a la vida o como está escrito: que “su herida fue sanada”.
Al decir luego que ese ser “va a perdición”, es porque según Apocalipsis 19.20 después de los tres años y medios que restan, del segundo período, este demonio que toma el lugar del anticristo plebeyo, será enviado vivo al lago de fuego. Esto se debe como se explicó, que él no es un ser humano, es un demonio revestido con el cuerpo del anterior anticristo.
Ya que para todos los humanos, que no han obedecido a Dios y su Palabra, está previsto en el futuro el juicio del gran trono blanco, que se efectuará para los impíos, como está establecido en Apocalipsis 20:11 que dice: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, en pie delante del trono, y unos rollos fueron abiertos, y también fue abierto otro rollo, el cual es de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que habían sido escritas en los rollos, según sus obras.” Mientras para este demonio, como se puede ver el trato es diferente, al ser enviado directamente al lago de fuego.
La muerte de los dos testigos.
La muerte de estos dos siervos de Dios, es otro hecho que dejará al mundo desconcertado, ya que durante los primeros 1260 días, aun teniendo el poder para hacerlo, no se podían luchar entre ellos. Ya que ambos tenían un plazo establecido que tenía que ser respetado. Pero al terminar el periodo establecido, los dos terminan su misión, y tienen que ser eliminados. Debido que el anticristo es el primero a ser herido de muerte y quitado, aunque luego vuelve a aparecer como ya vimos, Satanás arma todo el escenario para que su títere continúe por el segundo período.
De modo que este nuevo demonio revestido con el cuerpo del anterior anticristo como uno de los primeros hechos que dejará perpleja a la humanidad, será el de matar a los siervos de Dios. Es importante notar que en Apocalipsis 11.7, refiriéndose a esa muerte dice lo siguiente: “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos (los dos testigos) y los vencerá y los matará”.
Debido que el demonio es un espíritu incorpóreo e invisible, para que pueda actuar y tener contacto con lo físico de este mundo, necesita tener un cuerpo; para dar muerte a los dos testigos. De manera que Satanás arregla para que se posesione del cuerpo del Anticristo. Debido a que ahora el tiempo de ellos dos testigos también terminó. Aprovecha esa coyuntura para que el mundo vea que él tiene el poder absoluto, eliminando a los dos, que también tenían poderes sobrenaturales matándolos.
Al darles muerte demostrará a todos los vivientes, quién es el que realmente manda en este mundo. Ya que en ese momento han transcurrido los primeros tres años y medio de los siete, tanto para el anticristo, como para los dos testigos, los cuales tenían que morir. Es bueno tener presente que todas estas cosas están permitidas por Dios.
Esta coyuntura es aprovechada por Satanás, con ese demonio que sube del abismo, tanto para la “reaparición” de la figura del supuesto anticristo que se presenta nuevamente bueno y sano; como para eliminar a los dos testigos y poder luego decir que él es el único y el verdadero Dios. Todos estos engaños fueron previstos por Jesús, cuando en Mateos 24:24 lo advirtió diciendo: “que harían grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos”.
Seguramente, alguien podría pensar: ¿Cómo es que dos testigos enviados por Dios puedan ser muertos por un demonio que sube del abismo? Esto tiene su razón de ser, y se debe a que: tanto Enoc, como Elías en su tiempo de vida en este mundo, no murieron debido a que ambos fueron traspuestos por voluntad de Dios. De modo que ellos tendrán que cumplir con lo que está determinado en Hebreos 9:27 que dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.”
Es así que, para que cumplan con ese requisito establecido para todo humano, como por habérsele terminado el tiempo que tenían para su misión, Dios permite a la bestia que sube del abismo para que los pueda matar y continuar con su show. Por supuesto que Satanás, por medio de la bestia aprovecha esa coyuntura para lucirse y matarlos delante de todo el mundo; donde muchos de los engañados se alegrarán aunque por muy poco tiempo.
A este punto podría surgir otra pregunta: ¿es posible que un demonio se posesione y actúe en un cuerpo humano? La respuesta es afirmativa. Basta con leer la historia del endemoniado gadareno, el cual estaba posesionado no solamente por un demonio sino por muchos.
Estos al ver a Jesús que se les acercaba, le rogaron en Lucas 8.31, pidiéndole que no los enviara a ese lugar temporal y lúgubre del ABISMO; que es la antesala del lago de fuego. La Palabra dice: “Estos demonios le rogaron que no los enviara al abismo, sino que se les permitiera entrar en un hato de cerdos que pacían por allí”.
Además, debemos tener presente que estos engaños están permitidos por Dios, debido a que: la verdad que es Cristo, vino al mundo, y por casi dos mil años, ha tenido paciencia, para que los hombres reconocieran y recibieran a su Hijo como el único camino que los reconciliarían con Él. Pero viendo el rechazo de muchos; les envía un espíritu de mentira para que crean en ella. Como dice en 2Tesalonicences 2.11 Por esto Dios les envía un poder engañoso. Para que crean la mentira. Por haber rechazado al que dijo: Yo soy el camino la verdad y la vida.
Es bueno recordar y tener presente que todo lo expuesto anteriormente, acontecerá al final de la primera parte de los tres años y medios, que es el plazo que Dios estableció en la palabra tanto para la bestia como para la misión de los dos testigos.
El impacto por la muerte de los dos testigos.
Los que habían seguido las noticias, y todos los argumentos entre la bestia y los dos testigos, que por largo tiempo se contradecían el uno al otro; esas disputas mantuvieron confundidos a una gran mayoría del mundo, ya que no sabían en quien creer. Ahora al ver los dos testigos en la plaza muertos, los pueblos de la tierra se alegrarán y celebrarán ese desenlace del conflicto; que significará para ellos, una gran victoria de parte de la bestia. Debido a ese relevante hecho, el mundo dará por sentado quién realmente está de parte de Dios; hecho que producirá una gran alegría a los habitantes de la tierra.
Esos hechos para muchos darán por sentado, en quien residía más poder entre las dos partes; por la evidencia de ver los dos cadáveres tirados en la plaza de la ciudad, cosa que los alegró, pensando que al fin se había resuelto ese conflicto.
Por supuesto, que la bestia que subió del abismo, aparecerá para muchos como el vencedor y digno de crédito, siendo para ellos el indiscutible dios de este mundo. Este hecho producirá gran regocijo, y lo celebrarán enviándose regalos unos a otros.
La resurrección de los dos testigos.
La alegría que produjo ese evento, no fue en si por la muerte de los dos siervos de Dios, sino por haberse resuelto la incógnita que atormentaba a los pueblos de la tierra, que no podían discernir de qué lado estaba la verdad; ya que los mensajes de los dos testigos contradecían, los del anticristo; atribuyéndose ambas partes la procedencia divina. Esa incertidumbre los desconcertaba a todos; pero ahora ese aparente triunfo, produjo gran alegría a los habitantes de este mundo. Ya que consideraron imposible de haberlos podido matar, si hubiesen sido realmente enviados por Dios.
Se podría pensar, que los dos testigos estando en vida, manifestaron no temerle a la muerte, ya que Dios los levantaría resucitándolos, con un cuerpo de gloria. Esa puede ser la razón por la cual los incrédulos desafiando esas afirmaciones, no permitieron que fuesen sepultados; para que se pudiera constatar la falsedad de lo que afirmaron.
Sólo de esa manera, se podía desechar de una sola vez, todas las anteriores enseñanzas y lo que afirmaban sobre el verdadero Mesías, que vendría muy pronto; como también por lo que afirmaban del actual anticristo, que era un impostor diabólico.
En efecto, de repente esa “alegría de tísicos” se convirtió en temor, ya que, a los tres días y medio, entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios y se levantaron sobre sus pies, a la vista de todo el mundo, cosa que produjo un gran terror y pánico entre los habitantes de la tierra.
Luego los dos oyeron una gran voz del cielo que los invitó a subir, y todos los que se alegraron pudieron contemplar mientras ellos subían al cielo en una nube. Ciertamente que la televisión jugará un papel muy importante en ese único evento, donde se les mostrará al mundo, un milagro de resurrección delante de sus ojos según lo relata Apo11:11 que dice: “Pero después de los tres días y medio, entró en ellos un aliento de vida procedente de Dios, y se pusieron sobre sus pies, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.” Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. El 11.13 agrega “hubo un gran terremoto que derrumbó la décima parte de la ciudad, (Jerusalén) donde murieron siete mil hombres, al ver todas estas cosas los demás se llenaron de temor, y dieron gloria al Dios del cielo”.
Es lógico que al decir la palabra que “dieron gloria al Dios del cielo”, es evidente que muchos pudieron reconocer la veracidad de sus mensajes; en especial el pueblo de Israel el cual, al ver cómo Dios está obrando nuevamente en medio de ellos, como por la exigencia de la bestia de ser adorado, se dan cuenta del engaño y le dan la espalda a ese falso Mesías cosa que lo enfurecerá.
Así lo describe en Apo 12.17 que dice: “Entonces el dragón se enfureció en contra de la mujer, (aquí la mujer no es la ramera, sino que por el contexto se refiere a Israel) y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. (Esto se refiere tanto a los de Israel, como de los gentiles que creerán en el Señor, por todas las cosas que acontecieron, el mensaje de los dos testigos, su muerte, resurrección y como fueron levantados en una nube).
Las más densas tinieblas espirituales de todos los tiempos.
Al no estar ahora ellos dos en este mundo, como voceros de la verdad, Dios por amor a sus escogidos, y con el fin de contrarrestar, los hechos de la enfurecida bestia, aparte de los ciento cuarenta y cuatro mil israelitas, que creyeron en Jesucristo, (estos son las primicias de Israel, en reconocer a su verdadero Mesías); acontecerá algo espectacular. En Apo 14.6 dice: que “Dios envía un ángel volando en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para proclamarlo a los moradores de la tierra, es decir, sobre toda nación, y tribus y lengua y pueblo”. Aunque la palabra no lo especifíca, se le puede agregar a ese relato, que cada pueblo, oirá el mensaje del evangelio eterno en su propia lengua.
Algo parecido a lo que aconteció el día de pentecostés; donde los que fueron bautizados, con el Espíritu Santo, hablaban las maravillas de Dios en otros idiomas, y los que estaban presentes podían oír esos mensajes en sus propias lenguas. Aunque el Espíritu Santo no esté de manera activa en este mundo, como se explicó anteriormente, Dios en su amor envía ese ángel con el fin de no abandonar a sus escogidos; en ese momento de densa tiniebla espiritual. Todo eso lo hace, por amor a los escogidos.
Con los acontecimientos que hemos visto hasta ahora, y la muerte de los dos siervos de Dios, podemos decir que terminó el primer período, de tres años y medio tanto para la bestia como para los dos testigos. Desde ese momento inicia el segundo período de otros 1260 días, siendo este el más destructivo para la humanidad; con los tres restantes caballos y una bestia enfurecida que tratará de obligar a que le adoren. Todas las explicaciones dadas hasta aquí, son eventos que acontecieron en la primera parte de los siete años de la tribulación, y en la transición del inicio de los otros 1260 que faltan.
La cuarta bestia, el falso profeta en el segundo período.
Al inicio de ese nuevo período y para reforzar el trabajo de la enfurecida bestia, entra en la escena de este mundo otro demonio denominado por la Palabra como el falso profeta. Este conjunto, formado por Satanás simulando al Padre, la bestia al Hijo, y el falso profeta al Espíritu Santo, los tres forman la tríada diabólica, engañando a la humanidad imitando al trino Dios. De manera que ese falso profeta; le sirve de vocero al anticristo. Estas dos bestias actuarán en la segunda parte de la gran tribulación.
Tanto el uno como el otro son demonios, que suben del abismo y ocupan una investidura humana para presentarse al mundo con una apariencia de hombre; manifestándose con prodigios que se les ha permitido hacer, para engañar a la humanidad.
Con todos los acontecimientos engañosos que se han mencionado, Dios por su misericordia y Divina providencia, envía ese ángel en medio del cielo para proclamar el evangelio eterno. También recodarán las enseñanzas que dejaron los dos testigos, y todo eso será suficiente para que los escogidos tanto de su pueblo Israel, como de los gentiles, puedan abrir sus ojos espirituales para discernir entre lo que procede de Dios, y el engaño satánico.
En Apo 13.11-15 relata acerca de este nuevo demonio diciendo: “Vi también otra bestia que subía de la tierra, y tenía dos cuernos semejantes a un cordero, pero hablaba como un dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia delante de ella, y hace que la tierra y los que habitan en ella adoren a la “primera bestia, cuya herida de muerte fue sanada”. Y obra grandes prodigios, de manera tal, que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres; y engaña a los que moran en la tierra por medio de las señales que le fue concedido hacer en presencia de la bestia, ordenando a los que moran en la tierra hacer una imagen de la bestia que tiene la herida de la ESPADA Y REVIVIÓ. Y le fue dado infundir aliento a la imagen de la bestia, e hiciera hablar a la imagen de la bestia, e hiciera que fueran muertos cuantos no adoraran a la imagen de la bestia”.
Con razón el Señor en Marcos 13.22 advirtió a su pueblo como ya hemos visto diciendo: “Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuera posible, aun a los escogidos”.
Este falso profeta, se presentará como un cordero, pero hablará como un dragón, un ser despreciable que tiene la tarea de convencer a los habitantes de la tierra de su deidad, demostrándolo con prodigios que se le ha permitido hacer, para engañar a aquellos que siempre quisieron ver para poder creer. Estos son todos aquellos que no aceptaron por fe la verdad y la vida que da Jesucristo.
De manera que Dios les envía como castigo, un espíritu de error por medio de estas señales para que puedan ver estos prodigios, y creer en la mentira, por no haber aceptado la verdad. Todo lo que se explicará a continuación, pertenece a la segunda y última parte de la gran tribulación; que consta de otros 1260 días. Aunque ese tiempo será acortado por Dios, para evitar lo que dice en Mateo 24:22 “que si aquellos días no fuesen acortados nadie sería salvo”. Esto también Dios lo hará por amor a los escogidos.
Es en este período, al decaer la popularidad de la bestia, causada por el impacto que produjo la resurrección de los dos testigos, y el rechazo por parte de Israel; es que inicia la peor arremetida contra este mundo; esto con el fin de reconquistar prestigio y credulidad. Con ese fin comenzará a obligar a toda la humanidad a ser sellada, con el número de su nombre, como requisito obligatorio para comprar y vender; como también de adorarlo, con la ayuda del falso profeta, y de esa imagen del anticristo que hizo hablar, para que todos la adoraran. Al estilo de la imagen que mandó a hacer el rey Nabucodonosor, donde todos estaban obligados a postrarse delante de ella y adorarla, con la diferencia que esta otra hablaba exigiendo la adoración.
Como dice en Apo 13:15-18” Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.”
Anteriormente se dijo que de los cuatro caballos, solamente el primero pertenecía a la primera mitad de los siete años de la tribulación. Y que ese primer jinete era tipo del anticristo que se manifestaría a este mundo por 42 meses. Al iniciar ahora el segundo período, que es la parte más desastrosa para la humanidad, donde acontecerán cosas terribles; estas están tipificadas por los restantes tres caballos.
El segundo caballo de los cuatro.
Este segundo caballo con su jinete, se nos presenta en Apo el 6:3-4 diciendo: “Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada”. Ese color podría simular sangre; al tener éste el poder para quitar la paz de la tierra, cosa que claramente nos indica que habrá guerra, que es antónimo de paz.
Luego la gran espada, puede ser sinónimo del poder que tendrá para mandar a matar a todos los que no se sujeten a sus órdenes. De manera que eso traerá para este mundo mucha muerte y consecuencias muy graves, ya que todo conflicto o guerra produce una recesión que trae escasez de alimentos; sean estos por factores de producción, como de los que trabajan en los campos, la manufactura, el transporte, como la distribución de ellos.
Todo lo mencionado, será la causa de una gran escasez de alimentos, hambre y muerte, con las consecuentes enfermedades y pestilencias. Que están reflejadas en las copas, trompetas, plagas, granizo, que están escritas en el libro de Apocalipsis.
El tercer caballo.
En efecto con el tercer caballo, la palabra revela las consecuencias del anterior jinete con esa gran espada que se le dio, sinónimo de guerra y muerte donde en el 6.5 lo explica diciendo: “Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”. El mensaje de este jinete es muy claro, el apóstol Juan ve que el que montaba el tercer caballo, tenía una balanza en la mano, y se le dijo:
“dos libras de trigo por un denario”. Lo que esta figura, nos quiere dar a entender es lo siguiente: En esa época cuando Juan escribe, el denario, era el salario de un día de trabajo de un obrero; Con esto la Palabra nos quiere indicar, que para comprar dos libras de trigo, que corresponden a un kilo de pan; se necesitará la entera suma de lo que un obrero percibirá con un día de trabajo. Cosa que claramente indica escasez de alimento e inflación, que se traduce en hambre. Todo esto es para que se tenga una idea de la situación que se avecina.
El cuarto caballo
Con este cuarto y último de color amarillo, que se le muestra a Juan, resume las graves consecuencias de los anteriores caballos diciendo en el 6:7 “Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, (pestilencia) y con las fieras de la tierra”. (Aquí se calcula para esa fecha una cifra alrededor de los dos mil millones de seres vivientes).
Se exige la colocación del sello y de adorar a la bestia.
Contrariamente al libre llamado de nuestro Dios que dice: Buscad a Dios mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. O venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar; esta bestia exige la adoración y obliga a que crean en él. Luego Debido a que ellos no pueden controlar los que les obedecen, de aquellos que no lo hacen, por no ser omnisciente como nuestro Dios; recurre a la obligatoriedad de colocar una marca visible a todos aquellos que le estén sujetos. Esto será con el fin, de saber quiénes son los que no quieren someterse; para así eliminarlos y ponerlos como ejemplo de castigo para todos aquellos que no le obedezcan.
No se disertará sobre cuál es el número de la bestia, ya que esto es algo que compete, a los que vivan en ese tiempo, y segundo por no saber el nombre que utilizará la bestia o el anticristo. Sólo para tener una idea se dirá que: cada letra del alfabeto griego corresponde a un número, por ejemplo: la A=1, B=2, R=3, E=5, Z=7, H=8, O=70, T=300, Y=400 etc. En el caso que se llamara TARE, como el padre de Abraham, el número que le correspondería sería 300+1+3+5=309. De llamarse YAHORE su número sería 400+1+8+70+3+5= 487 de manera que es inútil en este tiempo tratar de pensar o de adivinar su nombre.
En ese momento de la historia, casi al final de los siete años de la tribulación, la tríada diabólica compuesta por Satanás, la bestia y el falso profeta, han hecho que la tribulación y destrucción llegue a tal punto, que de no efectuarse una intervención de parte de Dios; de acortar el tiempo, sería la destrucción total de Israel y de este mundo en poco tiempo. El desastre sería de tal magnitud, que interferiría con el reinado de paz de Jesucristo.
El tiempo que será acortado es de 220 días (210+10)
Sabemos que Aquel que guarda al pueblo de Israel no duerme, de modo que cada vez que el diablo hace algo que puede interferir con los planes que Dios tiene establecidos, hay una intervención divina para que todo se restablezca conforme a lo que Él tiene planificado. En el pasado tenemos ejemplos como: El diluvio, donde a causa de la corrupción genética de la humanidad, antes que desapareciera la familia de Noé, que era el único perfecto en sus generaciones, para que pudiera venir el Salvador del hombre; fue allí que Dios intervino con el diluvio. Luego el hambre que se presentó en los días de Jacob, donde Dios se anticipó llevando José a Egipto. La matanza de los niños en el tiempo de Herodes, la eliminación del pueblo hebreo bajo los nazis, como la destrucción de toda la humanidad en el futuro; son intentos satánicos para tratar de frustrar los planes de Dios.
Si Dios no interviniera a tiempo, por lo que acontecerá en el futuro, podría ocurrir algo así como lo que dijo Sansón al vengarse de los filisteos por sus ojos: “muera Sansón con todos los filisteos.” De manera que la oportuna intervención de Dios, está registrada en la Palabra con el fin de evitar una destrucción total de la humanidad. Jesús lo predijo al decir: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo.”
Los días que serán acortados.
Ya hemos visto anteriormente en este estudio, cómo Dios estableció un período de tiempo para obrar tanto para los dos testigos, como para el anticristo. Luego de la eliminación de ambos faltarían otros 1260 días, donde la bestia y el falso profeta con sus engaños pondrán probablemente a este mundo al borde de una conflagración nuclear. Esta destruiría tanto a los escogidos del pueblo de Israel, como a los gentiles que creerán durante ese período, antes del tiempo de la tribulación, y a los que creerían durante el milenio. De no intervenir acortando ese tiempo de 220 días, para evitar esa total destrucción, las almas de muchos se perderían.
Por supuesto que el omnisciente Dios pudo ver esa situación, y para salvar a los escogidos, anticipa una gloriosa manifestación de poder al conceder a su pueblo una gran victoria, con la destrucción de todos sus enemigos; para luego presentarse personalmente con el glorioso regreso de su Hijo amado a este mundo.
Éste es el motivo por el cual Dios acortará ese tiempo, a los días establecidos, con un juicio en contra de esas naciones reunidas en Jerusalén para destruir a su pueblo. Cosa que como ya vimos, el mismo Jesús predijo en una de sus enseñanzas en Mateo 24.22 diciendo: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”. El tiempo que será abreviado, es de 220 días, como está previsto en los escritos bíblicos, cuya explicación se dará a continuación.
El tiempo que sería acortado le fue revelado, a Daniel en el 8:13-14 que dice: “Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. Estas 2300 tardes y mañanas corresponden a 2300 días completos.
Al restarle estos 2300 a los 2520 días, que corresponden a los siete años, de la gran tribulación se obtiene una diferencia de 220; siendo esto el tiempo que será acortada la segunda parte de la gran tribulación. Donde se podría suponer que 10 días, es el tiempo que durará esa batalla, y los restantes 210 corresponden a los siete meses que serán empleados para limpiar la tierra de esa gran cantidad de cadáveres producto de la guerra del Armagedón como lo afirma en Ezequiel 39:12 que dice: “Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, (210 días) para limpiar la tierra.”
De modo que, faltando 220 días para terminar el período previstos de los siete años de la última de las setenta semanas, y el regreso del Mesías; al estar Israel en peligro de ser destruido, habrá una intervención de parte de Dios. Ese será el día más memorable para la historia de la humanidad, donde un resplandor cegará a todos esos ejércitos allí reunidos, y los ojos y lengua se les deshará estando todavía sobre sus pies. Esto enlutará a millones de hogares de todas las naciones allí reunidas. A continuación, una explicación más detallada de los eventos que tendrán lugar en ese tiempo, antes de finalizar la segunda mitad de la gran tribulación.
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