COMENTARIOS SOBRE LA PROFECÍA DE NOÉ
Todos los que creemos que procedemos de Dios, y no
como algunos afirman que somos un producto de la evolución, del mono o del Homo
erectus, entendemos que nuestros primeros padres fueron Adán y Eva y eso es
cierto.
Sin
embargo debido al diluvio, realmente se
puede afirmar que descendemos de la familia de Noé; el cual tuvo tres hijos Sem,
Cam y Jafet. Y como la palabra lo
registra también la de su nieto Canaán. Debido a lo que aconteció al
embriagarse Noé, el menor de su familia, el hijo de Cam abusó de él. Al despertarse
Noé de su embriaguez y enterarse de lo acontecido profetizó acerca del futuro
de sus hijos. En ese tiempo los nietos eran considerados como hijos del
patriarca.
Podemos estar casi seguros, que muy
pocos toman en cuenta la profecía, de Génesis 9.24. Posiblemente solo piensan que fueron
palabras emitidas a causa de una reacción natural de Noé; pero el contenido de
esas palabras son profecías, que abarcan desde los albores de esa civilización,
hasta la consumación total de este mundo
y todas sus obras.
Cuando se medita en las varias
maneras de interpretar la palabra en los diversos niveles de cultura y conocimiento que el hombre
pueda tener, viene a mi mente la mujer samaritana y la
conversación que tuvo con el Señor en el pozo de Jacob.
En diferentes oportunidades le
preguntaron a Jesús si él era el Mesías, si él era el Ungido que había de venir.
Hasta los principales sacerdotes se atrevieron a pedirle que hiciera un milagro
para que pudieran creer en él; ya que no le quiso revelar quién era y nunca satisfizo la curiosidad de ellos.
Mientras en la conversación
que sostuvo con la buscadora de agua, en la simpleza de esa hermosa
conversación entre ambos, en Juan 4:25 “Le dice la mujer: Sé que
viene el Mesías, que es llamado el Ungido; cuando Él venga, nos declarará todas
las cosas. Sin
que se lo pidiera, al solo decirle que
ella sabía que vendría el Mesías, y que
este le enseñaría todas las cosas, Jesús se le revela diciéndole: “yo
soy, el que habla contigo”. ¡Qué manera tan maravillosa de manejar las
cosas tiene nuestro Dios! De modo que también hay revelaciones hermosas para los que buscan en esas aguas
de la palabra de Dios.
Esa fue la razón por la cual en una oportunidad Jesús orando al
Padre, dijo: Te alabo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los
entendidos, y las revelaste a los niños. A menudo nos enteramos de cosas
tan complejas que Dios le revela a algunos que a otros no le pasan siquiera por
la mente; mientras a otros les revela
cosas más sencillas pero también de gran importancia.
Al enterarme de
algunos comentarios sobre la profecía de Noé de Génesis 9 .27 me asombran esas
interpretaciones tan profundas, donde jamás hubiera alcanzado lo que el Espíritu les pudo revelar a otros. Sin
embargo pienso que esa profecía nos quiere enseñar cosas aún más interesantes de lo que simplemente pueda
parecer.
Se presume que esa profecía trata entre otras cosas, también de la
trayectoria de la humanidad desde ese
momento pos diluviano hasta la consumación final de la vida del hombre, en ese día de Dios que menciona en 2 Ped 3.12.
Y el comienzo de la
vida eterna en esos cielos nuevos y tierra nueva. Que seguramente es a lo que se refiere la profecía, al nombrar “la tienda final de Sem,” donde hay
suficiente espacio para su hermano Jafet, (que es parte de los gentiles) que
aumentaron enormemente por la gracia de Dios.
De modo que como buscadores de agua de ese pozo profundo de la palabra, se expone lo que se piensa y se ha podido entender de esa profecía, donde revela el
curso de toda la humanidad a través de los tiempos. Sea por medio de los otros
hijos de Noé y sus generaciones, como por
las promesas de Dios a Abraham. Asociando
esta exposición con versículos de la palabra de Dios.
La
profecía dice:”Y despertó Noé de su
embriaguez, y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.
Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su
siervo. La frase “y supo lo que le había hecho su hijo más joven,” es la clave para entender que si se trataba de su
hijo menor este hubiera sido Jafet, sin embargo maldice a Canaán su nieto que
supuestamente había abusado de él. Como
se dijo anteriormente los patriarcas en
ese tiempo consideraban a los nietos como hijos.
Aparentemente
con esa profecía la humanidad al final de los siglos, quedaría dividida en dos grupos
de los cuales la dos terceras parte (Sem Y Jafet) serían para Dios y una
tercera parte (Canaán) para Lucifer; Igual como aconteció con los ángeles. Por
final de los siglos se alude a ese momento cuando esta tierra que fue ordenada
y acondicionada para que llegara a ser el hábitat de todo ser humano, haya
cumplido su cometido con el hombre y sea destruida con fuego del cielo.
Debido
a que la tierra fue maldita por Dios a causa del hombre en Génesis 3.17 En el
futuro ella encendida en fuego, quemándose todos sus elementos huirá de la
presencia del que estaba sentado en el trono. 2 Pedro 3.12, Y Apocalipsis
20.11. Para que no haya duda de su destino, y de un supuesto reacondicionamiento para convertirlo en cielo
y tierra nueva, el Apóstol agrega: que
no fue hallado lugar para ellos,
refiriéndose al cielo, tierra mar y todas las obras humanas que había en
ella. Dando a entender que ni siquiera le fue asignada una órbita sino que
huirá por los siglos de los siglos sin una meta.
Regresando
a la profecía Sem y Jafet por una parte, y Canaán por la otra, hay algo más que
amerita meditar en esa profecía; esto es, de notar que se omite por completo a Cam;
ya que siendo un hijo directo de Noé es un tanto extraño que no se nombre en esa profecía.
Seguramente
eso fue con un propósito bien definido por el mismo Dios de omitir a Cam, sustituyéndolo
con Canaán; pasando así desapercibido, por muchos de nosotros. El hecho que la
profecía no lo menciona nos estimula a pensar cual podría ser el motivo de esa omisión.
Según
esa profecía del patriarca Noé, de la simiente de sus tres hijos toda la
humanidad quedaría dividida en tres grupos, de los cuales dos estarían bajo las
promesas y bendiciones de Dios; es decir Sem y Jafet; y otro el de Canaán hijo de Cam tipificando a
los desobediente los cuales nunca aceptarían obedecer a Dios.
Aunque
Cam no es nombrado él es el progenitor de dos grandes naciones proveniente de
dos de sus cuatro hijos que tuvo. En efecto de su segundo hijo Mizraim se formó
la gran nación de Egipto, de mucha
relevancia en la historia bíblica. Inclusive Dios en Isaías revela tres
naciones que él ama en especial, incluyendo Egipto al decir de esas tres en: Isaías 19.25 “porque
Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel
mi heredad”.
Sin
embargo Noé no menciona ni Cam ni a sus primeros tres nietos, sino a Canaán al
menor de ellos. Es aquí donde podría venir la pregunta ¿a qué se debe la
omisión de Cam, en esa importante profecía ya que él es uno de los primeros padres
de ese nuevo inicio de civilización? Este nuevo comienzo ocurriría con una
familia genéticamente perfecta y no contaminada en sus generaciones con uniones
extrañas con los “hijos de Dios” que
hubo en ese tiempo.
Aunque
pueda parecer extraño que en la profecía no se mencione a Cam, Dios tenían un
propósito bien definido para eso. De modo que omite a Cam e introduce una cuarta
generación con su nieto Canaán.
Este
misterio después de estar escondido por muchos siglos viene a ser revelado al apóstol Pablo cuando
escribe en Efesios 3.5 al decir: Misterio
que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como
ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu. Que los gentiles son coherederos y miembros
del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio.
Lo
que se explicará a continuación podrá parecerle extraño para algunos pero en
esa profecía se mantuvo escondido el propósito de Dios que el apóstol llama
misterio. Misterio este que estuvo escondido hasta la muerte del testador. Solo
entonces con la muerte de Jesucristo el
contenido de ese nuevo pacto tendría validez legal revelando quienes serían los
coherederos y coparticipes de la promesa en Cristo Jesús. Dándose a conocer no
solamente ese cuarto grupo que no había sido revelado, los cuales serían salvos
por medio de la fe: sino de un sitio reservado en el cielo que ellos ocuparían.
Ya que hasta ese tiempo solo se les había prometido a Israel la tierra como
heredad, con un cielo y tierra nueva.
Aunque
al final de todo, la población mundial estará en tres diferentes sitios; ya no serían
tres los pueblos de donde saldrían los
hijos y coherederos sino cuatro; agregando a los gentiles (con los hebreos
creyentes en Jesucristo) como se
explicará a continuación.
Este grupo que solo estaba en la mente de Dios, de
antemano tenía un lugar reservado en el cielo como lo afirma la palabra en 1Pedro
1.3,5 que dice: Bendito el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una
esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos
para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para
alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo
postrero.
El soporte bíblico de esta exposición.
Ahora
la tarea es, explicar por medio de la palabra y el Espíritu Santo que nos ha sido
dado, que es la mente de Cristo este hermoso tema.
Al
iniciar el desarrollo de este tema hay que establecer algunas cosas para poder
continuar; por ejemplo cuales son las promesas de Dios para el pueblo de Israel
como descendientes directos de Abraham. Como también a fin de no diluir el tema con la
totalidad de la profecía, no se enfatizarán las generaciones de Sem, Cam, Jafet
Y Canaán; solo se mencionarán algunas de las más importantes.
En
diversas oportunidades Dios le
prometió a Abraham la tierra en Génesis 13.15 diciéndole que sería para siempre: “Porque toda
la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre”.
Luego Jacob le trasmite a José antes morir lo que Dios le había prometido en
Génesis 48.4 diciendo: Y me dijo: He aquí
yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones; y
daré esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad perpetua.
Tomando en cuenta que el único medio
de vivienda en el tiempo de Noé eran las tiendas donde vivían los pueblos en esas épocas,
cosa que duró hasta la conquista de
Palestina. Se puede entender que el alcance de la profecía de Noé para sus
hijos, no era solo para ellos en ese
momento; sino que abarcaría hasta el
final de la historia de la humanidad.
En ese tiempo en algunos casos era
común que en una tienda viviera más de
una familia, cuyas habitaciones estaban
separadas con cortinas sostenidas con
cañas. El profeta Isaías 54.2 hace referencia a este ensanchamiento con cortinas para separar las habitaciones al decir: Ensancha
el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no
seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.
Luego el mismo Isaías en el 40.22 nos da la idea del cielo como una gran tienda para ser habitada al decir: Él está sentado sobre el círculo de la
tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una
cortina, los despliega como una tienda
para morar. Con mucha más razón se puede afirmar que la tienda de Sem
donde moraría Jafet se refiere a esa nueva creación de cielo y tierra nueva.
De manera que una interpretación
sencilla de esa importante profecía de Noé
donde Jafet moraría en las tiendas
de Sem, no se puede limitar al tiempo de la vida natural de Jafet, sino
a un lejano futuro donde su generación como la de Cam, que son los gentiles
morarían Junto a Sem que es Israel su hermano mayor en esa gran tienda
que Dios le daría; de un cielo nuevo y
tierra nueva. Por supuesto que esta teoría hay que aplicarla con un
respaldo bíblico que tenga
sentido con la profecía de Noé.
Luego sabiendo Dios que la tierra
actual sería destruida como dice en 2 Pedro
3.12, Y Apocalipsis 20.11 es lógico
pensar que al ser esa promesa “para siempre”, se refería a ese cielo y tierra nueva que Dios crearía en el
futuro.
Los
descendientes de Sem, llegarían a ser la línea bendita por donde vendría el
Mesías, iniciando nuevamente con Abraham, escogido para esa bendición, en ese
largo camino obstaculizado por Satanás.
Luego los descendientes de Jafet, que serían
engrandecidos y morarían en las tiendas de Sem su hermano. Lo mismo acontecería
con las otras descendencias de manera que a continuación se explicará cómo
terminará la anterior profecía al final de los tiempos. Por el final de los
tiempos, se entiende después de milenio, después del juicio del gran trono
blanco, y el inicio de una nueva y eterna vida con Dios.
En
ese tiempo toda la humanidad y el universo angelical de los hijos de Dios estarán
ocupando los tres sitios previsto por Dios para todos los seres vivientes
mencionados. Estos son: el lago de fuego,
preparado para el diablo y sus ángeles, el
cielo y tierra nueva, prometido a la descendencia de Abraham por la línea
de Sem y parte de Jafet, y ese lugar reservado
en los cielos para los
herederos de la gracia por medio de la fe. A continuación una descripción
más detallada de los ocupantes de ese sitio. Teniendo presente que es solo una suposición tomada de los relatos de la
Biblia ya que como será realmente pertenece solamente a Dios.
LOS OCUPANTES DEL
LAGO DE FUEGO
Se podría fácilmente mencionar lo que dice en apocalipsis
20.15: “Y el que no se halló inscrito en
el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Sin embargo se quiere especificar
un poco más diciendo que, aunque este sitio fue preparado para el diablo y sus
ángeles, allí estarán todos los humanos, hombres y mujeres que rechazaron
obedecer y confiar en Dios, desde el período de la conciencia es decir antes
del diluvio; todo Israelita que no hizo caso a la ley que les fue dada, pecando
voluntariamente y sin temor de Dios; como todo gentil que no busco en
Jesucristo su refugio de salvación. Ya
que Dios les proporcionó el medio para salvar su alma, pero los hombres ellos
amaron más este mundo que la luz de Jesucristo.
LOS OCUPANTES DE LA NUEVA CREACION
Este
lugar de un cielo nuevo y tierra nueva, le fue prometido a Israel de la línea
de Sem, a Abraham, pero al mismo tiempo por medio de la línea de Jafet, que
según la profecía de Noé moraría en las
tiendas de Sem, abarcaría también a todos los gentiles, que de una u otra
manera se unirían como extranjeros reconociendo al Dios de Israel. Como la
familia de Rahab de Jericó, los gabaonitas en el tiempo de Josué, y todos los
que se salvarán en el milenio, bien sea dando sus vidas por el testimonio de
Jesucristo, o que junto al pueblo de Israel lleguen a sobrevivir a la gran
tribulación; para entrar al período del milenio y crean obedeciendo al Señor de
señores y Rey de reyes. Para pertenecer así a esas naciones tribus y lenguas
que serán salvas en ese período.
LOS OCUPANTES DEL
LUGAR RESERVADO EN EL CIELO.
Ese
lugar llamado cielo, se refiere a esa esfera santa que siempre existió, en el
cual, desde un principio cuando Dios comenzó su creación; todo ese mundo espiritual
de los “hijos de Dios”, lo compartieron con ese Dios tres veces Santo en paz y alegría.
Hasta el día en que Lucifer el líder de ese
mundo angelical con un grupo minoritario de ellos, se rebelaron en contra de su
Creador. Desde ese momento esa esfera se ha convertido en un lugar de conflicto
(como en el caso de Satanás y Job). Debido a esa rebelión Dios ha reservado ese
sitio para un pueblo santo, que creería en Él, el cual fue escogido desde antes
de la fundación del mundo.
De
modo que ese cielo, junto con esa dos tercera parte de los ángeles que
permanecieron fieles, está reservado para todos los que por fe depositaron su
confianza en el sacrificio del Cordero de Dios; iniciando con el simbólico
sacrificio de Adán, luego el de Abel, y los muchos que creyeron antes del
diluvio, como también después con la misma fe de Abraham, todos los que creerían en
Jesucristo hasta el arrebatamiento de la iglesia.
Regresando a la profecía de Noé.
Lo
que Noé dice de Jafet que morarían en las tiendas de Sem, significa que una
parte de su descendencia de gentiles, se unirían a la línea de Sem, es decir
serían hermanos, unidos por esa misma fe en Dios, aunque Sem sea el elegido. De
modo que Jafet compartiría las bendiciones de la nueva creación de cielo y
tierra nueva por unirse a las creencias
de un Dios Santo. Pero ninguno de esos dos pueblos, serían herederos de ese
cielo prometido a los renacidos en 1 Pedro 1:4 que dice: “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en
los cielos para vosotros”.
Ese vosotros, es para todos los que por la misericordia de Dios confiaron en
la promesa de un redentor. Esto incluye todos los creyente de antes del
diluvio, los héroes de la fe después del diluvio, los israelitas que aceptaron
a Jesús como el Mesías y Salvador, y todos los gentiles que depositamos nuestra
confianza en Jesucristo.
La doble promesa de Dios dada a Abraham.
De
manera que Dios en Génesis 12, llama a Abraham para iniciar nuevamente lo
que fue interrumpido con Abel, luego con la descendencia de Set por el diluvio
y continuando ahora con Sem hijo de Noé, se conservaría esa línea por donde
vendría el Salvador a este mundo por la simiente de la mujer.
Pero
Sara era estéril, y eso la tenía preocupaba, aun habiéndole Dios prometido que tendría
un hijo. Viendo ella que el hijo prometido no venía, de común acuerdo con su
esposo, le dio su sierva Agar la egipcia y de esa unión salió Ismael.
Está claro que Ismael era el primogénito de
Abraham, razón por la cual los árabes como los musulmanes se aferran de que
ellos son los verdaderos herederos de las bendiciones de Dios. Ellos pueden
tener razón por la línea de la descendencia humana, pero no según la promesa
que Dios le había hecho a Abraham. Como dice en Romanos 9.6
“No que la palabra de Dios haya fallado;
porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser
descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada
descendencia.
Cuando
ellos vieron que el hijo de la promesa tardaba, posiblemente Satanás para crear
confusión en el porvenir puso en su mente de ayudar a Dios interrumpiendo lo que Dios tenía para
Abraham. Eso le enseñaría y le daría a entender que el tiempo de Dios no es el tiempo del hombre y que todo lo
prometido se cumplirá en el momento que Él lo tenga determinado. Ismael es el antepasado
de los ismaelitas o árabes, según las
tres religiones (hebrea, cristiana y musulmana). Sobre él recae la controversia acerca de cuál de
los dos hijos de Abraham era el legítimo primogénito.
Más
adelante aunque Dios le dice que haría de Ismael una gran nación, le ratificó
que en Isaac le sería dada descendencia. En efecto Isaac nace de manera milagrosa; tanto por
la edad de Abraham, como de Sara que ya su proceso de ovulación había concluido.
Es
por eso que Isaac es un tipo de Jesucristo primero por su nacimiento de manera
sobrenatural, dando nueva vitalidad a la pareja; como por el simbólico
sacrificio, al pedirle que sacrificara a su hijo Isaac, después de tanto
esperarlo. Es de suponer que eso le causó mucho dolor pero obedeció
y no se lo rehusó.
También
es tipo de Jesucristo por cómo se le buscó esposa a Isaac. Eliezer que es un
tipo del Espíritu Santo va y se la
busca; igual como hoy día el Espíritu de
Dios está preparando la esposa (la iglesia) para Jesucristo. Siendo este (un
relato muy conmovedor de la misericordia de Dios).
Al
concebir Rebeca tiene dos hijos en su
vientre, Dios sabiendo que Esaú tomaría en poco el privilegio de ser el primogénito
le dice a Rebeca que en su seno habían dos naciones y el mayor serviría al
menor. De modo que de Esaú salió la nación de Edom, que fue enemigo de su
hermano; y de la descendencia de Jacob se
cumple la promesa de la nación de Israel.
Dios
en dos oportunidades le mostró a Abraham con un hablar metafórico como sería su
simiente de modo que le dio dos revelaciones referentes a su descendencia, una
en Gén 13.16 que dice: “Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra;
que si alguno puede contar • el polvo de la tierra, también tu descendencia
será contada”. Con esta promesa se estaba refiriendo a la línea de su
simiente natural, que por la línea de Sem, de donde vendría Israel. Con, la
cosecha de almas que habrá durante el milenio, seguramente será humanamente
incontable.
Luego más adelante una noche de cielo despegado, estando
en su tienda le habla nuevamente revelándole
algo maravilloso que en ese momento no estaba revelado. En Gén
15.5 con la metáfora de las estrellas del cielo le anuncia que le daría otro
pueblo herederos del cielo al decirle: “Y
lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si
las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le
fue contado por justicia”. En Gálatas
3.6-7 lo confirma diciendo: “Así como Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, Sabed, por
tanto, que los de la fe, éstos son hijos de Abraham”. De manera que, los de
su simiente natural serian como el polvo de la tierra, los cuales heredarían el cielo y tierra nueva. Mientras nosotros los que hemos creído por medio de la
fe que nos ha sido dada, como un don de Dios, estamos incluidos en esa descendencia
espiritual, tipificadas con las estrellas y con una morada celestial reservada
en los cielos.
Algunos seguramente podrán
relacionar que esta otra promesa, sea una repetición de la anterior que le dio en el 13.16, pero no, en esta otra se refería a la generación de los que creerían medio de la fe en
Dios y en su Hijo para justificación, salvación, resurrección y vida eterna; y
por medio de ella le sería dada entrada a esa herencia celestial.
Gén 22.17 de cierto te bendeciré, y • multiplicaré • tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla
del mar; y tu descendencia poseerá • las puertas de sus enemigos.
Como dice e 1 Pedro 1.4 “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible,
reservada en los cielos para vosotros, que
sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora
por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas
pruebas, para que sometida a prueba
vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba
con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado
Jesucristo, a quien amáis sin haberle
visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo
inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de
vuestras almas”.
De la cual ni siquiera la fe es
nuestra, porque es un don de Dios ya que en Efesios claramente nos lo relata
diciendo en el 2.4: Pero Dios, que es
rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio
vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las
abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús. Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.
A veces meditando en todo
esto pienso ¿que hemos hecho para
merecer esta salvación tan grande? Absolutamente nada. Porque hasta la fe para
creer es un don que Dio nos loa dio.
¡Oh Dios eres bondadoso y
maravilloso!
.Aggeo Palumbi
marzo de 2015
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